Una Bizarra Aventura en Latinoamérica

Prólogo

(Aeropuerto en Nueva York, Estados Unidos de América)

Como generalmente se encuentran estos lugares en plena época vacacional, toda la zona se encontraba infestada por gente que se empujaba entre ellos para avanzar entre la marea de gente que generalmente salía con sus familias a unas bonitas vacaciones en algún lugar turístico llamativo, tal y como Berlín o Moscú. 

Y este era el caso de un hombre mayor y su nieto, solo que ellos no se iban a ir por cuestiones vacacionales ni irían a un lugar exactamente agradable para muchas personas, en realidad, ni siquiera se quedarían en una zona en específico por demasiado tiempo, ya que aquellos dos hombres explorarían toda una región del continente americano y, el primer lugar que visitarían sería una nación de la que muchas personas les gustaría jamás visitar y, aunque fuese su caso, ya habían reservado un hospedaje en dicha nación.

- ¿Trajiste todo anciano? -El más joven de los dos y que captaba la atención de todos tanto por su altura como por sus rasgos físicos que resaltaban entre millones de personas, le preguntó a su abuelo, quien estaba escuchando música a través de unos audífonos que estaban conectados a su walkman.

- Ah, ¡Claro que sí Jotaro! Mas bien eso te lo preguntaría a ti -Luego de responderle, el viejo hombre volvió a colocar su bocina izquierda que había tenido que separar momentáneamente de su oreja para escuchar lo que tenía que decirle su familiar.

Al parecer ninguno de los dos tenía demasiado de que hablar, ya que ambos guardaron silencio en lo que esperaban a que su vuelo fuese anunciado, vuelo que no mostraba rastro alguno de cuando es que iba a salir, si es que lo iba a hacer.

- ¿Por qué no trajimos a alguien más para hacer esto? Tal vez pudimos haber contactado a Polnareff para que nos acompañase -Luego de que transcurrieran un par de minutos en los que ninguno de los dos hizo nada mas allá de observar a quienes pasaban frente a ellos, el pelinegro cuestionó al mayor, quien pareció no escucharlo esta vez. - ¿Viejo? -

Realmente no era tan inusual que Joseph se encontrase distraído al estar pensando en cualquier cosa que su mente habría podido recordarle, sin embargo, lo que era realmente raro es que parecía estar ignorándolo a propósito ya que no le contestó luego de varios segundos en los que trató de captar su atención de todas las formas posibles.

- ¡Anciano! -Finalmente, Jotaro perdió la paciencia, por lo que para captar la atención de su abuelo alzó su voz y tocó el hombro izquierdo del hombre, ocasionando que este diese un pequeño brinco en su asiento para posteriormente girar su cabeza para verlo con preocupación.

- Lo siento, no te había escuchado, ¿Sucede algo? -Joseph preguntó mientras que se quitaba sus audífonos y los colocaba sobre su cuello.

—¿Para qué vamos hacia el sur de América?—Jotaro habló con su monótona voz, esperando una respuesta próxima por parte de su abuelo, una que no recibiría sino varios minutos después.

—Jotaro, después de lo que paso en Egipto, se realizo una investigación en la mansión de DIO...—El mayor comentó de manera "seria".— La fundación Speed-wagon encontró evidencia de que algo planeaba, pistas de algo que iba mas allá de lo que hacia en Egipto, tendríamos mas información si hubiera dejado un diario, pero lamentablemente no encontramos algo así.

Gracias a lo que dijo, el más joven de los dos se llevó una gran sorpresa, ya que desde luego recordaba un diario en donde sus páginas manifestaban un plan para alcanzar un poder mayor, incluyendo los pasos a realizar. Era algo que era preferible que fuese olvidado, sin embargo, esto aun mantuvo en su persona cierta intriga, por lo que decidiría preguntar el motivo de su comentario.