Manual de Amor Fantasmal

Camino Solo

Manual de Amor Fantasmal

“Esperando en el cielo
Nunca estuve lejos de ti,
Al ver hacia abajo
Veo cada uno de tus movimientos"
I Walk Alone - Tarja

Camino Solo

La presencia de Shen Qiao en el palacio de la secta de la Luna Purificadora era ya conocida.

Se había ganado la posibilidad de pasear por sus pasillos sin ninguna restricción, los sirvientes que en ella trabajaban lo conocían bastante bien y se habían acostumbrado a verlo merodear con gracia en cada rincón. Lo habían visto entrenar en las colinas detrás del palacio, le habían preparado sus platillos favoritos e incluso entraba a la habitación del líder de secta Yan que funcionaba como su propia habitación en ocasiones.

Shen Qiao aún así, era una persona fiel a sus creencias y se sentía como un huésped más del lugar por lo que se comportaba cada que iba de visita. Ese lugar no lo consideraba aún del todo su hogar a pesar de que el líder de secta Yan ya había predispuesto un guardarropa para él con las más finas telas en túnicas confeccionadas a la medida, la servidumbre ya lo trataba como su señor y muchas de las reglas impuestas eran para su mayor comodidad.

Sus visitas eran duraderas y se volvían más largas cada que volvía, sin darse cuenta se iba volviendo parte de ese lugar aún cuando antes cayó de la cumbre Medio Paso y después de muchas situaciones se alejó de ellos por propia convicción.

Aun así, pasaba varios días en los que entrenaba, convivía y se volvía parte de la secta con el tiempo que permanecía, pero a la vez era líder de Secta del Monte Xuandu no podía permanecer lejos de su lugar de origen aunque quisiera.

Yu Shengyan sabía que esa mañana sería la última en la que estaría como huésped en la Secta de la Luna Purificadora, tenía todo listo para verlo partir, pero ni él ni su maestro Yan Wushi se veían por ningún lado.

Caminó por los pasillos del que era su hogar aún pensando en su maestro. Desde hace días que rondaba por su cabeza las cartas que había alcanzado a leer y no terminaba de procesar, dormía con miedo de que su maestro se enterara de que había visto algo muy personal y lo fuera a mandar azotar por ser un impertinente, aunado a sus miedos estaban las palabras que no se podía quitar de la cabeza.

¿Quién en su sano juicio pensaría que el líder de la secta de la Luna Purificadora, Yan Wushi tuviera un corazón tan frágil? ¿Uno escondido en capas de arrogancia? ¿Uno que se volvía blando cuando de Shen Qiao se trataba?

Aun permanecía conmocionado con miles de ideas en la cabeza, la principal era que su maestro vivía arrepentido. Al menos eso alcanzó a notar en las cartas escritas sobre su escritorio.

Se rascó la cabeza cansado, su mente daba giros sin sentido, era su Shizun y como tal le debía el respeto que se merecía, pero no podía evitarlo, Yan Wushi en pocas palabras era impredecible y un genio, además de que era un maestro demoníaco. Pero, ¿Cómo podía ser tan frágil con Shen Qiao?

Aunque no quisiera creerlo, sabía que Yan Wushi estaba enamorado y eso era todavía más difícil de procesar.

Suspiró alzando la vista viendo a la pareja conversar a cierta distancia, no alcanzaba a escuchar su platica. El líder de secta llevaba las manos tras la espalda y Shen Qiao traía sus cosas al hombro, era notoria su incomodidad al irse pero sabía muy bien que no tenía opción.

Desde su posición Yu Shengyan no alcanzaba a ver el rostro de Yan Wushi, pero por su porte sabía que estaba tenso. Caminó un poco más hasta que el susurro del viento le trajo a su muy entrenado oído lo que alcanzaban a decir.