Manual de Amor Fantasmal

Salto De Fe

Manual de Amor Fantasmal

3. Salto de Fe.

- Algunos años atrás -

El Monte Xuandu era un lugar brillante al que el mundo mortal no se atrevía a mirar.

Próspero y en la cumbre de la montaña más alta, era el lugar para que quienes deseaban desarrollar las artes marciales, entrenarán su cuerpo en base al Tao y ser miembros de la secta. No era diferente a ninguna otra en ese sentido.

Pero no dejaba de ser la mejor.

Yan Wushi miró el lugar desde la entrada. Un arco de al menos diez metros de altura se alzaba sobre su cabeza dando paso a un puente colgante que dividía el inicio de la secta y el resto del mundo. Había en su rostro una sonrisa arrogante mientras el viento helado levantaba mechones de su largo cabello con cada paso decidido que daba hacia el final del puente y su entrada al resto del lugar.

Su intención era clara en ese momento, retar al actual líder del Monte para probar que tan fuerte era según los rumores.

Yan Wushi había caminado por este mundo encontrándose con decepcionantes rivales, ninguno se había puesto a la par de él y comenzaba a aburrirse.

Constantemente se preguntaba que sentido tenía trabajar su cuerpo y su Qi hasta el noveno nivel del Fénix-Qilin si no había nadie que lo llevara al límite. Necesitaba la fuerza de sus enemigos para desatar al monstruo que llevaba en su pecho. Le faltaba aún camino para alcanzar ese nivel y no había logrado ni siquiera usar una cuarta parte de su fuerza en las peleas que había tenido, comenzaba a ganarse un nombre entre las demás sectas y siendo el actual líder de la Secta Hanyue debía de mostrar el poderío de la que se rumoreaba.

Pero era un camino decepcionante al no encontrar a nadie que estuviera a su nivel.

Yan Wushi sin anunciarse llegó al pie de las escaleras donde unos discípulos estaban en guardia, no fue difícil dejarlos noqueados y sin dificultades llegó hasta la plaza principal, donde más discípulos al ver un intruso se dispusieron a detenerlo.

-Patético. ¿Esto es lo que ofrece la secta número uno en el mundo? Ni siquiera son dignos de mi tiempo.

Arrojó a un par más a su lado ante la mirada temerosa de los jóvenes que estaban en ese momento en entrenamiento, nadie sabía quién era este tipo y porqué había llegado tan de repente a su secta quitándoles la calma.

Ante los gritos desesperados y los gruñidos de pelea, Qi Fengge salió de un momento de meditación para detener al intruso.

Yan Wushi lo miró de inmediato soltando una gran risa que hizo eco en el lugar, al fin aparecía al que tanto estaba esperando y no podía estar más que feliz.

Qi Fengge era un hombre de mediana edad, tenía el cabello recogido en una coleta alta con la corona que lo denominaba el líder de su secta, sus túnicas azules llevaban detalles en plateado, dándole un aire de erudito, sus ojos que siempre mostraban una calma inmensa estaban afilados hacia el intruso que reconoció como Yan Wushi, el recién nombrado líder de la secta de la Luna Purificadora.

En aquel entonces, Yan Wushi aún no mostraba el blanco en las sienes de su cabello, aún era joven, dispuesto a demostrar que era el mejor bajo los cielos y que nadie lo detendría para lograrlo.

Tenía esa mirada fiera, muestra de la arrogancia de la que era conocido al creerse mejor que cualquiera en el mundo pugilista, estaba seguro de sus habilidades y chocarlas con Qi Fengge era emocionante.