Prólogo

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Enrollo el pequeño pedazo de hilo alrededor de mi dedo índice mientras observo a la pareja de amigas comprar unas golosinas en uno de los puestos del aeropuerto. La chica rubia se inclina hacia su amiga y mueve ligeramente su hombro como si la estuviera molestando, la chica morena luce avergonzada mientras habla con el chico que las atiende pero el simplemente asiente hacia ellas y se da la vuelta para buscar lo que ellas han pedido. Inmediatamente la chica rubia suelta una pequeña risa y empuja a la morena, molestándola más; la morena, a su vez, le da un manotazo en el hombro mientras le dice algo entre dientes, aun así, la chica rubia no deja de reír. Sonrío al verlas pero inmediatamente borro mi sonrisa. Son el perfecto ejemplo de ella y yo, claro, si ella estuviera viva. Las chicas pagan por sus compras y se dan la vuelta, regresando con su familia. Frunzo el ceño analizando sus atuendos y de repente, un dolor indescifrable llega a mi pecho, ambas visten camisetas con el logo de la universidad de Princeton. Mis ojos se llenan de lágrimas cuándo ambas se abrazan y sonríen a la cámara del padre de una de ellas, lucen tan felices y emocionadas, listas para iniciar una nueva etapa juntas. Me pregunto si Leen y yo estaríamos así ¿Me hubiera seguido ella o yo habría decidido quedarme? ¿Seguiríamos diferentes caminos? Niego con la cabeza. Nunca llegaré a conocer las respuestas de esas preguntas, así que es momento de olvidarlo.

—Cariño—me sobresalto al escuchar la voz de papá y parpadeo para alejar las lágrimas de mis ojos. Hago una mueca al percatarme del dolor en mi dedo y libero el hilo de éste al observar que se ha puesto de un color púrpura, debí haber estado apretando el hilo con demasiada fuerza. Me doy la vuelta para encontrarme con los ojos melancólicos de papá y sonrío, pero la sonrisa no llega a mis ojos. No se como sentirme en este día, quisiera poder decir que estoy feliz, pero eso solo sería una mentira. Estoy triste por tener que dejar a mi familia pero al mismo tiempo no puedo evitar sentirme aliviada de poder estar lejos de este lugar, simplemente ya no es lo mismo sin Leen—Ya está todo listo, deberías comenzar a despedirte—asiento, dejando salir un suspiro y camino junto a él hacia donde se encuentra mamá, mi hermano y Ray.

Abrazo a mamá con fuerza intentando controlar las lágrimas pero me es imposible, estas caen en cascada desde mis ojos en cuanto su mano acaricia mi espalda. Ella me susurra lo mucho que me ama al oído y río sintiéndome más tranquila cuando promete, en broma espero, llamarme más de tres veces al día, asiento riendo mientras ella limpia las lágrimas de mis ojos y volteo hacia Colby. Él me sonríe y agradezco que no me observe con lástima, así como lo ha hecho en todas las vacaciones. Lo abrazo con fuerza y el me regresa el abrazo de la misma forma.

—Estarás bien—susurra en mi oído y asiento—Serás una estrella en todas tus clases y todos los chicos querrán salir contigo, estoy seguro—suelto un bufido al escuchar lo último he intento ignorar el agudo dolor en mi pecho. Pensar en chicos es lo menos que haré ¿Cómo puedo pensar en chicos cuando ni siquiera puedo sacarlo a él de mi mente?

—Por favor, no dejes a nadie embarazada—le replico y él rueda los ojos pero luego me guiña un ojo. Volteo hacia Ray, quién viste una camiseta vieja y unos jeans desgastados, luce tan mal como yo y cuándo sus ojos se encuentran con los míos, inmediatamente me lanzo a sus brazos. Él esconde su rostro en mi cuello y suelta un ligero suspiro.

—No lloraré por ti—murmura y suelto una pequeña risa.

—No espero que lo hagas—respondo con un nudo en la garganta—¿Me visitarás?

—Por supuesto que si, Cassie—un escalofrío recorre mi columna vertebral y me separo de él, sintiéndome vacía de nuevo.

—No me llames Cassie—espeto, pero hago una mueca arrepintiéndome, salió más brusco de lo que hubiera querido—Puedes decirme Cassandra o Cass, lo que quieras, menos Cassie—mi voz se quiebra y suelto un suspiro tembloroso apartándome de él. Veo hacia las escaleras eléctricas sin evitar sentir un poco de esperanza—¿No vendrá a despedirse, verdad?—él muerde su labio inferior como si no quisiera decirme lo que ya se—Puedo soportarlo, solo necesito que lo digas—murmuro con tristeza.

—No, no vendrá. Ni siquiera se donde está—frunzo el ceño y él suspira—No está en casa, no ha regresado desde...—su voz se apaga y niega con la cabeza—Debemos intentar comprenderlo, Cass. Perdió a Leen—la ira me invade y me alejo para tomar mi maleta de mano y mi mochila de viaje. Él me sigue y me zafo de su agarre cuando intenta tomar mi mano.

—¡Yo también la perdí! Todos lo hicimos—mi voz se quiebra y muerdo mi labio inferior con fuerza cuándo las lágrimas regresan a mis ojos.

—Él sólo necesita un tiempo ¿De acuerdo? Es duro todo lo que sucedió entre ustedes, no puede ser fácil haberte enamorado de la mejor amiga de su novia enferma y ahora muerta, él siente que traicionó a Leen—suelto un leve quejido porque se exactamente como se siente, yo también me asiento así todo el tiempo.

—Lo amo—sollozo y Ray se acerca para darme un abrazo. Intento superarlo pero es tan difícil. Espere todas las vacaciones de verano pero él nunca regresó a mí, él no me ama. Él ama y amará a Leen, nunca me amará de la misma manera y yo...no puedo creer que me atreva a pensar así ¿Cómo puedo ser tan egoísta? Aunque yo quiera con todas mis fuerzas que el me ame, sé que nunca pasará. Ya no me queda nada aquí. Lo único que puedo hacer es formar una nueva vida, lejos de Connecticut. Lejos de Luke. 

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