Prólogo

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Iba de camino a casa con los alimentos comprados en el supermercado para preparar la cena, no llevaba mucha prisa pues sabía que no había nadie y que él llegaría dentro de un par de horas.

Analice el panorama a mi alrededor y me detuve un instante a admirar la belleza que en la mayoría de ocasiones pasaba desapercibida para la mayoría de nosotros, solo que en esta ocasión simplemente me sentí en la obligación de hacerlo: la gente paseaba por la calle, algunos llevaban prisa pues estaban ansiosos por llegar a sus cálidos hogares y olvidar por un instante el mundo asfixiante que los rodeaba, otros paseaban en pareja revelando su amor sin importan quienes observaban sus muestras de cariño, también habían familias paseando con sus hijos y otros tantos practicaban deporte o paseaban a sus mascotas; también había numerosos puestos de comida rápida donde podías encontrar  jóvenes ansiosos por recibir su plato de comida y correr a vivir sus aventuras disfrutando de la vida; mire hacia la carretera, los coches iban de un lado a otro y algunos taxis se paraban cerca de donde yo me encontraba mientras que otros recorrían la ruta marcada por su cliente.

Todo en su esencia era maravilloso, el cielo estaba totalmente despejado junto con el sol que marcaba que en un par de horas anochecería me hicieron abandonar el trance en el que me encontraba y continúe mi ruta por Central Park en dirección al Upper East Side dónde se encontraba el apartamento en el que compartía vivienda con mi prometido.

Unos diez minutos más tarde me encontraba ante la puerta de mi apartamento, salude con una leve sonrisa a John, quien pertenecía al grupo de seguridad y que impedían que cualquiera se adentrara en el edificio, me dirigí al ascensor que me llevaría a la planta número 25.

Me apoye en una pared y observe mi reflejo en el espejo:  estaba con un moño que recogía todos y cada uno de mis cabellos de manera que me daba un aspecto de empresaria, el vestido azul eléctrico que estaba por un par de centímetros encima de mis rodillas  que combinaba perfectamente con mis tacones negros de aguja, y de mi vestimenta pase a mi rostro, mis labios adornados con un rojo pasión mate hacían juego con mis mejillas levemente coloradas y mis ojos tenían una mirada todavía más penetrante por el "smoked eyes" en tonos negros  que resaltaba mis ojos azules.

De un momento  a otro el ascensor se detuvo sacándome de mis pensamientos, a salir me aproxime despacio a la puerta mientras buscaba en mi bolso las llaves de casa pero unos ruidos en el interior me hicieron alertarme inmediatamente y abrí como pude, al parecer el ruido no provenía de la entrada pues acababa de abrir y no había nadie, dejé las bolsas de compra en el suelo de la entrada silenciosamente para no alertar al causante de los sonidos. Los ruidos continuaban y por ende decidí avanzar hacía ellos.

No deberías, sabes que no puede ser un ladrón ya que John no le abría permitido la entrada. Te vas a llevar un disgusto y de los gordos.

Ignore esos pensamientos y avance hasta el dormitorio sin hacer el mínimo ruido, abrí levemente la puerta mientras los ruidos ya estaba claro de quienes provenían, se estaba acostando con otra. Mis ojos se abrieron de par en par, no se habían percatado de mi presencia, fue entonces cuando procedí a retroceder lentamente sin armar ningún escándalo y sin olvidar la imagen que se repetía constantemente en mi cabeza como si de un CD rayado se tratase, reiterando la situación anterior.

Una vez en el recibidor las lágrimas, que no sé como estuve conteniendo, comenzaron a rodar por mis mejillas y amenazaron con salir sonidos guturales y algún que otro puchero de mi garganta, sin mirar atrás cogí mi bolso y salí de allí con mayor velocidad que Rayo Mcqueen en una carrera. Pulse con mucha fuerza el ascensor como si pulsando más el maldito botón el ascensor llegase antes a la planta 25, una vez en el interior saque mi móvil y observe la hora , las 19:30 y un mensaje captó mi atención :

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