01

667 53 4
                                    

—YoonGi no puedes seguir enojado conmigo.

El pequeño gatito blanco giró su cabeza indignado y caminó indiferente hacia la habitación, con un paso tan lento y sutil que no representaba en absoluto su estado de ánimo.

JungKook decidió que era momento de hacer algo y quizás, sólo quizás, jugaría un poco sucio.

Girando sobre su propio cuerpo, buscó con la mirada en todos lados el juguete para gatos que YoonGi amaba, hasta que lo encontró. Lo tomó con velocidad de perezoso para evitar hacer sonar el cascabel y delatar su maléfico plan.

Con el juguete entre sus manos, caminó de puntitas por el pasillo que llevaba a su habitación, abriendo la puerta lentamente y observando  al minino de un lindo pelaje blanco, naricita rosada y patitas rosadas, recostado en la mitad de la cama mientras respiraba lentamente.

JungKook se sentó lentamente en una esquina de la cama y sonriendo ladino comenzó a mover el juguete por sobre la cabeza del felino que inmediatamente alzó la mirada con las pupilas dilatadas.

Pero luego de unos segundos YoonGi volvió a bajar la mirada.

—Sé que te estás conteniendo, señor pelusa se pondrá triste si no juegas con él. 

Y ese fue el detonante para que YoonGi se alzará rápidamente de su cómoda posición y comenzara a intentar atrapar el juguete en forma de ratón.

Pasó un rato hasta que el minino cayó rendido en las piernas de JungKook mientras ronroneaba fuertemente.

—No puedes enojarte cada vez que voy a trabajar y cuando vuelva encontrarte en tu forma de gato.

YoonGi simplemente lo ignoró, siguiendo con su misión de ronroneo.

—Sé que me estás escu... no  YoonGi, no te atrevas a mostrarme tu pancita ahora, no caeré en tus juegos.

Pero el pequeño gatito sólo giró aún más sobre si mismo y estiró sus patitas, para luego llevarlas hacia su cara tapándose los ojitos.

JungKook sintió que se derretía como mantequilla al sol.

—Está bien, te haré mimos en la panza, pero con una condición.

El gatito sacó sus patitas de su cara y le miró entrecerrando los ojos.

—No puedes transformarte en tu forma animal cada vez que te enojes. ¿Entendido?

YoonGi lo pensó.

¿Dejaría su orgullo de lado por unos mimos en la panza?

Definitivamente lo haría.

Se dedicó a estirarse aún más y pegar su cara a la mano de JungKook.

—Tomaré eso cómo un: "Ya no me transformaré en un gatito mimado cada vez que me enoje".

Y luego simplemente YoonGi volvió a ronronear y recibió sus tan ansiados mimos en su panza.

























Nota: ¡Yey! Historia nueva.

Estoy comenzando a pensar que debería dejar de crear tantas historias si casi no tengo tiempo para actualizarlas.

Pero prometo que encontraré la manera.

Cuídense y sean felices. ♡

A little cat [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora