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JungKook jugaba con el lápiz entre sus dedos, cansado y malhumorado.

—¿Qué te pasa hermano? —HoSeok se sentó a su lado. —¿Problemas en el paraíso gatuno?

El pelinegro bufó.

—No eres gracioso, HoSeok —Gruñó.

HoSeok se dio cuenta que verdaderamente ocurría algo.

—Hey, tranquilo. ¿Qué te pasó?

—Olvidé una fecha importante y ahora YoonGi está muy enojado. Dice que no le tomo atención.

—¿Cómo podrías olvidar algo relacionado a esa preciosura? —Exageró HoSeok.

—¿Acabas de decirle preciosura a mi bebé? —JungKook entrecerró los ojos.

HoSeok alzó sus manos intentando verse pequeño e inocente. —Volviendo al punto hermano, ¿qué olvidaste?

—Nuestro aniversario.

—Eres hombre muerto.

JungKook suspiró abatido y derrotado.

Al llegar a casa, intentó esconder el ramo constituido de muchas florecitas de colores detrás de su espalda y al mismo tiempo sostener la cajita de bombones de licor.

Porque si había algo que a YoonGi le gustara mucho, a parte de JungKook obviamente, eran los bombones de licor.

—¡Ya llegué! —Encendió las luces de la sala de estar y rebuscó a YoonGi con la mirada. —¿Dónde estás cariño?

Sólo silencio como respuesta.

Y aunque JungKook finalmente se acostumbró a que cada vez que YoonGi se enojara, demostrara su enojo con una rabieta de silencio absoluto, seguía preocupándose siempre por escuchar una casa tan silenciosa.

—Bebé, estoy en casa —Avisó por segunda vez en menos de cinco minutos.

Suspiró cuando nuevamente no obtuvo respuesta alguna.

Decidió ir a la habitación, el único lugar donde probablemente estaría YoonGi, durmiendo con la pancita hacia arriba y sus patitas dobladas adorablemente.

Abrió la puerta suavemente, y al contrario de lo que imaginó, YoonGi no estaba en su forma de gatito, estaba en su forma humana, recostado de lado y cubierto simplemente por una de las camisas de JungKook.

—¿Bebé...? —Susurró JungKook muy bajito para no sobresaltarlo.

—No quiero hablar contigo —respondió en tono triste.

JungKook se recostó a su lado abrazandolo por la espalda y refugiándose en su cuello para sentir su olor.

—¿Qué debo hacer para que me perdones?

—Poner un gatito en mi pancita.

—Claro que pon... ¿qué?

—Quiero un gatito bebé.

JungKook lo pensó y realmente no parecía una mala idea, o al menos, eso creía.

—Entonces pondré un gatito en tu pancita si dejas de estar mañoso.

YoonGi se incorporó rápidamente y ronroneó.


A little cat [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora