Cop // Fargexby

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Si había algo a lo que Alejandro Bravo le hacia gracia de ser policía, sin duda era cuando los maleantes de turno notaban que se acercaba una patrulla, entonces dejaban de hacer lo que hacían, ya fuera vandalismo o golpearse entre sí, rodeados de personas, por un par de euros.

Pero básicamente, sí, le hacía gracia verlos dejar sus actividades y salir corriendo tan rápido como sus piernas pudiesen, a veces lograban escapar, otras veces no, su paciencia se colmaba tan rápidamente que ni siquiera podía mantener una discusión civilizada con alguno de los pocos rezagados que se quedaban allí.

Estaba de suerte, porque los dos últimos imbéciles estaban tan cansados que fue fácil pescarlos, Frank salió corriendo tras el que emprendió la carrera, mientras él se limitaba a acercarse al que se había detenido tras correr un par de escasos metros.

- Manos en alto. - advierte, sacando el tazer de su cinturón. - Bien, y de rodillas, no quiero tener que ensuciarme el uniforme, en serio.

- Yo tampoco quiero tener que ensuciarme mi chándal, lo lavé ayer. - se queja el rezagado, con las manos puestas en la nuca, y Alex tiene el leve sentimiento de que reconoce esa voz, pero no recuerda precisamente de donde, así que suspira.

- Anda ya, no me agradan los payasos. - murmura, acercándose, sujetando las esposas para envolverlas en sus muñecas. - Listo, anda, listillo, vamos a ver quien eres.

Cuando el maleante finalmente se gira, Alex siente como el aire se atora en sus pulmones, conteniendo la respiración, entre sorprendido y avergonzado.

- Oficial. - saluda, con un asentimiento de cabeza, el cabello castaño cayendo frente a su magullado rostro. - Un placer verlo de nuevo.

- ¡Hey, Fargan! - exclama el tipo esposado que Frank trae. - ¡Casi no me atrapa!

Pero el susodicho está más concentrado en los ojos azules que lo miran con severidad.