Capítulo 3

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Pasaron meses desde ese incidente. Cris fue expulsado del colegio y no le volvimos a ver.  Mark no volvió a hablar del tema, por no hacerme sentir incomodo después de la situación que pasé, pero yo me había ido pillando de el más incluso, por suerte o por desgracia. Pronto serían las vacaciones de navidad, todos los años los estudiantes reservábamos una sala en una discoteca cercana. Era un evento muy especial, casi como la graduación, era el momento de pasárselo genial y dejarse llevar completamente.

-¿Tan importante es esta fiesta? Pregunto Mark mientras comía la hamburguesa que habíamos pedido.

Habíamos quedado en una hamburguesería para comer ya que hoy justo terminábamos el curso, al día siguiente tendríamos la fiesta de navidad tan esperada.

-¡Claro que si! Es casi tan importante como la graduación. Todo el mundo va muy arreglado y causar una buena impresión en la fiesta es fundamental. Dije entusiasmado con mi Crispy Chicken.

-Parece que estas hablando de una película adolescente de Disney Channel. Dijo riendo.

-Pues casi. Y no mastiques mientras hablas, cerdo. Dije quitándole con una servilleta un resto de comida que se había escupido al reírse.

Hay veces que parecía de verdad que estábamos en una relación, pero Mark no me había dado ni una pista de lo que sentía, ni siquiera había dejado clara su sexualidad. Hablaba de chicas de vez en cuando, pero parecía tan dulce y cariñoso conmigo... Estaba pensando en que puede incluso verme como un hermano pequeño, aunque el responsable en verdad soy yo.

-¿Has dicho que hay que ir arreglado? Preguntó

-Si, claro, ¿Qué querías ir en chándal a una fiesta? Dije riéndome.

No se rio y solo miró hacia abajo.

-Ah, que pretendías de verdad ir en chándal. Dije esta vez serio. Esto no puede ser, vamos venga.

-Adonde. Preguntó

-A comprar, claro. Dije agarrándole de la mano. La tenía siempre tan suave y cálida.

Pasamos por todas las tiendas y de paso me probé yo algunas americanas.

-¿Como estoy? Dije poniéndome una americana con una corbata y camisa blanca.

El se quedó sorprendido y sonrió

-Muy pijo

Nos reímos.

-No, en verdad te ves genial, de verdad. Dijo mirándome con una sonrisa adorable.

Procuré no sonrojarme y me limité a mirarme en el espejo y agradecerle.

Estuvimos mucho tiempo hasta que por fin Mark eligió su prenda.

-¿Cuál has elegido al final? Dije entusiasmado.

-Tendrás que esperar para saberlo. Dijo riendo.

-OYE, ESO NO VALE. Exclamé enfadado.

-Te aguantas, crio. Dijo revolviéndome el pelo.

¿Veis? No se si sentirme su hermano o amante de verdad.

Dimos un paseo mientras reíamos a carcajadas por tontearías, como solemos hacer siempre.

-Es que tu risa Nick es lo mejor del mundo, me meo. Dijo llorando de la risa en un banco.

Yo no podía respirar casi porque su risa era también contagiosa. Así estuvimos un tiempo hasta que se hizo muy de noche.

-Tengo mucho frio. Dije encogiéndome de hombros.

-Yo también. ¿Quieres ir yendo para casa? Mañana es el gran día. Dijo tendiéndome la mano para ayudarme a incorporarme.

Corazón de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora