Shikanaru

14

—¡Shikamaru! ¿Tienes idea de la hora que es? —fue el grito de Yoshino que los recibió.

—Naruto se quedará hoy a dormir —contesto bajito Shikamaru.

La mujer que hasta el momento no había hecho más ye mirar a su hijo con el ceño fruncido desvío su mirada para observar al rubio.

—Ohh Naruto es un gusto tenerte aquí, porfavor pasa mi esposo ya está en la mesa y pronto podremos cenar juntos.

—Gracias —contesto algo apenado el rubio.

—Que fastidio —dijo Shikamaru ganándose un golpe de parte de su madre.

Los dos chicos comenzaron a caminar hasta llegar al comedor. A Naruto las manos le sudaban horriblemente y a Shikamaru parecía no importarle nada.

Tal como lo había dicho la madre de Shikamaru, Shikaku ya estaba en la mesa y los platos estaban puestos, lo único que faltaba era la comida.

—Shikamaru ayuda a tu madre a traer todo.

El Nara menor asintio mientras se paraba y dejaba a Naruto solo con su padre.

—¿Has seguido entrenando Naruto?

—Si, ahora que Sasuke volvió a la aldea, todo el equipo siete y el equipo Kakashi entrenamos juntos. Es realmente divertido, ver todos los diferentes estilos que tienen mis compañeros.

—Ya veo. ¿Ya te mostró Shikamaru que ahora puede hacer sólidas sus sombras? Hace poco le enseñé el justu de sombra estranguladora.

A Naruto todos los colores se le subieron de golpe a la cara, claro que ya le había mostrado el jutsu, fue con ese con el que le estaba jugando el trasero mientras se la chupaba en público. El pobre rubio se sentía morir de la vergüenza.

—Ya lo vi.

—Mas que verlo, lo sintió —dijo Shikamaru apareciendo con una olla en las manos.

Naruto lo fulminó con la mirada. Si algo no quería era quedar mal con su ahora suegro.

—Mi hijo es un bruto, bien le dijo su padre que no lo usará con sus compañeros solo con los enemigos. Pero como siempre él termina haciendo lo que quiere —dijo Yoshino apareciendo.

Naruto sonrió hacia sus suegros y levantándose jalo a Shikamaru para poder hablarle en privado.

—¿No les dirás?

—¿Decirles que? —pregunto el Nara.

—Que somos eso.

Una carcajada, esa fue la reacción de Shikamaru.

—Creo que mejor me voy —dijo el rubio ya enojado.

—No, Naru quédate ahorita se los digo.

A Naruto la boca se le seco en cuanto Shikamaru comenzó a caminar de regreso a la mesa, si bien él lo había pedido, ahora no estaba muy seguro.

“Aqui vamos” se dijo así mismo antes de volver a la mesa.