once.

126 11 1
                                    

—¿por qué hablas con kirishima?
me preguntaste cuando salí de mi casa.
y yo te miré mal,
lo suficiente como para intimidarte.

empecé a caminar ligero,
sin mirar atrás.
pero me tomaste de los hombros
—lo que te haya dicho de mí, miente.

yo bufé de gracia—no hablamos de ti.
—no te creo —dijo, engreída.
¿eres una niña aún?
—no lo hagas, pero no miento.

quise alejarme, otra vez.
me besaste, queriendo sacar la verdad.
pero, en este mes que me ignoraste,
descubrí que no besas tan bien como creí.

Extraño | katsudeku femDonde viven las historias. Descúbrelo ahora