Un peso menos

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Era muy temprano, a Izuku le dolía el cuello, se había quedado dormido en el sofá viendo esos anuncios que salen en la madrugada sobre productos inútiles que no eran para nada convincentes pero siempre alguien los terminaba comprando.

Vio el reloj que estaba en la pared sobre el televisor y eran exactamente las cuatro con treinta minutos. Había decidido que iría al encuentro con el anciano pero no se había molestado en poner alarma para ello, tampoco era como si estuviera muy entusiasmado. Pero, aún así ahí estaba, viendo el techo como idiota, al parecer su subconsciente si que deseaba ir.

No se duchó, después de haberse bañando dos veces seguidas el día anterior pensó que bañarse de nuevo a tan pocas horas le haría daño a su piel. Simplemente se puso un conjunto deportivo gris, de una sudadera y unos pants y sus tenis rojos favoritos. Salió de casa con su mochila amarilla en la cual llevaba algunos cuadernos y libros que seguro necesitaría en clases, un desodorante y un cambio de ropa, adoraba no tener que usar el uniforme a diario.

"Izuku precavido, vale por dos" pensó el ojiesmeralda.

Salió de su departamento evitando encontrarse con los vecinos hasta salir del edificio, vio su bicicleta y la rozó con su mano.

Era la primera vez en muchos años que no iría a la escuela en ella, se afligio un poco por ello.

Llegó al parque a la hora exacta acordada, no logró ubicar al anciano hasta que sintió un golpe en su cabeza.

-¡Oiga!- Exclamó Izuku con sus manos en la cabeza, Sorahiko le había golpeado con su bastón.

-Debes estar más atento a tu entorno muchacho-

Sorahiko era un hombre mayor y muy bajito, pero era solo una fachada, tenía mucha fuerza, al menos en los brazos y era muy gruñón.

Desde que apareció el viejo en el parque comenzó a darle órdenes a Izuku y uno que otro bastonazo.

Él no se quejaba en lo absoluto, Izuku tenía mucha paciencia y más que nada no tenía humor para ello, solo se abstenía a acatar las órdenes y realizar los ejercicios para distraerse de los malos pensamientos.

Lo ejercicios se basaban en sentadillas, abdominales, algunas planchas entre otros ejercicios básicos.

"Sí vas a correr, debes trabajar todo tu cuerpo aunque uses solo esos popotes que tienes por piernas"

Era lo que había dicho Sorahiko Torino, quien se había presentado en algún momento.

Izuku realmente no tenía piernas delgadas, se la pasaba montado en su bicicleta de un lugar a otro, estaban trabajas, supuso que por ello no se le había echo tan difícil correr, tenía resistencia.

"Ahora corre"

Después de al menos una media hora de calentamiento y una rutina de ejercicios fue lo que dijo Torino.

-¿Qué esperas? Quiero verte correr una vez más.

Izuku solo suspiró y dirigió su vista al sendero que tenía por delante, frunció el ceño y comenzó a correr. Era veloz, muy veloz incluso el pudo darse cuenta de ello ahora que estaba más tranquilo.

Claro que había corrido antes pero, nunca había tenido un propósito para hacerlo, no como esa mañana.

Iba por la segunda vuelta al parque, estaba disfrutando mucho el momento pero algo se enredó en sus pies.

-Mal- Fue lo que dijo Sorahiko- Eres veloz muchacho pero eso no lo es todo.

-¿Qué hice mal?- Preguntó Izuku sentado en el suelo.

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