The sin of love (El pecado del amor)

Cap 22. No t alejaran d mi

Luego d los eventos ocurridos con Kikyo había pasado un año y Shippo se adaptaba mejor q nunca a su nueva vida, le gustaba molestar a su padre constantemente al acaparar la atención d su madre lo cual al resto d la familia le parecía muy gracioso ver a Inuyasha pelear con el niño como si él también fuera uno, además d q la pareja no dejaban d comportarse como si recién comenzara el noviazgo principalmente Inuyasha q desd q hicieron el amor por 1era vez no para d ponerle las manos encima siempre q tiene la oportunidad aunq tampoco Kagome se quejaba d las atenciones recibidas por tal motivo para resguardarse delante del pequeño idearon su código cuando quisieran tener sexo y no pudieran decirlo abiertamente consistiendo en la sig pregunta ¿la conejita tiene ganas d comer zanahorias? como el animal favorito d Kagome eran los conejos y el vegetal q más consumía era la zanahoria d ahí salió la idea

-Oye conejita estoy sintiendo mucho calor – adentrando su mano bajo la blusa d ella tocando directamente su pecho

-Hey espera – pero antes d q pudieran hacer algo más la puerta del cuarto se abre dejando ver a Shippo con su peluche d zorro y con la mirada baja – una pesadilla cariño? – viendo q asiente para luego retirar la mano d Inuyasha – entonces ven aquí mamá t ayudará a tener dulces sueños – corre hacia ella posicionándose entre ambos y acurrucándose contra el cálido pecho d su madre durmiéndose a los pocos minutos

-Pequeño mocoso en verdad es como si fuera mi hijo biológico – acariciándole el pelo frustrado por su interrupción – me recuerda la vez q tenía 3 años e hice lo mismo cuando una noche estaba tronando mi padre no estaba nada contento

-Es normal, los niños son así yo también iba a dormir con las hermanas o mi maestro cuando tenía miedo en las noches – mirando dormir al niño – se ve tan lindo q parece un angelito  

-Si, precioso – comentó con sarcasmo – pero mañana duerme en su cuarto
Inuyasha no seas tan duro a mi me parece súper tierno q venga a buscar refugio con nosotros ah no ser q quieras q deje al perro sin atención – a lo q en respuesta su novio le tira una almohada a la cara – oye – imita su acción además d q lo patea fuera d la cama pero al hacerlo Inuyasha se lleva con él la sábana y al niño q por fortuna cae en su espalda aún dormido – suerte q no se despertó – cargándolo para volver a ponerlo en la cama

-Eso t pasa por patearme

-No seas llorón – se durmieron con el niño en medio como si fueran un matrimonio y el fruto d su amor, a la mañana sig era el cumpleaños del pequeño y sus abuelos le compraron un boleto para pasar todo el fin d semana en Disneyland pero aunq festejaron los 6 años al peli naranja Kagome no podía pasarse el fin d semana en el parque temático puesto q tenía q presentarse a un examen en cambio Inuyasha vio esto como una oportunidad para estar a solas con ella asiq simplemente inventó la excusa d q tenía q encargarse d unos asuntos del trabajo – lo lamento cariño pero diviértete y luego nos cuentas todo lo q viste e hiciste 

-D acuerdo – el niño lo entendió para después irse con sus abuelos y tíos, por lo cual cuando Kagome terminó su examen Inuyasha no dejo pasar la oportunidad y efectivamente cumplió su cometido pues lo q quedo del sábado y gran parte del domingo se la paso encerrado con su chica en la habitación haciendo todo tipo d cosas lujuriosas

-Inuyasha basta – después d horas d entretenimiento la pareja bajó a la cocina en ropa en interior por algo d comer pero una vez más Inuyasha la arrincono contra la encimera aún sediento d ella mientras q la pobre chica trataba d resistirse como podía ante sus caricias – quizás los demás lleguen temprano y no en la mañana como supuestamente dijeron

-Vamos solo un poco más preciosa – haciendo caso omiso a la advertencia y siguió con lo suyo hasta q las puertas abriéndose los puso en alerta pero era demasiado tarde el resto d la familia estaba d vuelta y los había descubierto en plena faena lo único q los salvaba d una vergüenza mayor era q el niño estaba dormido en los brazos d su abuela