🆃🅷🅴 🆂🆆🅴🅴🆃🅴🆂🆃 🅳🅴🅰🅻[𝔸𝕕𝕒𝕡]🍥 𝕁𝕚𝕞𝕚𝕟 𝕪 _____🍥

🍥9: Revelación a la luz de la Luna🍥

                           Jimin

______ sacó una manta del auto y la extendió sobre la arena. Me senté en silencio. Ella se puso al lado mío esperando que yo hablara. Suspiré. No sabía cómo poner en palabras la frustración de los últimos días, de los últimos meses en realidad.

—Hace más de ocho años que salí del colegio —dije mirando las olas que reventaban en la orilla—. Típico que en las reuniones anuales mis compañeros cuentan sus logros: matrimonios, hijos, ascensos, propiedades… En cada ocasión me prometía a mí mismo que el próximo año yo también tendría algo que contar. Jamás imaginé que llegaría a los veintiséis sin tener nada de lo que sentirme orgulloso, sin haber logrado nada.

—¿Pero qué dices, Jimin? —______ me miró con preocupación—. Eso no es cierto.

—Lo es. Otras personas a mi edad ya tienen una familia o una carrera de éxito. ¿Qué tengo yo en cambio? Un auto usado y un departamento lleno de zapatillas que no he podido vender. La única oportunidad que tuve la estropeé porque ayer no supe contestar las preguntas del cliente. Y como si fuera poco mi novia, o mejor dicho, ex novia, no encontró nada mejor que romper conmigo en mi cumpleaños.

Era un fracaso, maldita sea. Tenía veintiséis años y no había logrado nada.

—Solo una arpía termina con alguien en su cumpleaños, Jimin —dijo _____—. Lo siento, pero es verdad. Sé que amabas a Jennifer, pero lo que hizo esa mujer es imperdonable.

Aspiré profundo la brisa marina para aliviar la punzada de culpabilidad en mi pecho.

—No la amaba —confesé—. La noche del jueves se lo dije; por eso terminó conmigo.

Preferí no contarle a _____ que Jennifer me acusó de estar enamorado de ella. La idea me había perseguido estos días de forma inexplicable.

—Si fuiste sincero con Jennifer, deberías estar orgulloso —respondió ______ con suavidad—. ¿Cuántos hombres fingen algo que no sienten solo por sexo o para no estar solos? Fuiste honesto y eso es lo que importa.

—Para lo que me sirvió.

—Otra mujer llegará, Jimin, eso te lo garantizo. También vendrán más oportunidades para tu negocio. Por una vez que las cosas no resulten…

—No significa que nunca resultarán —Me adelanté a repetir sus palabras desalentado—. Siempre dices lo mismo, pero ¿cómo puedes estar tan segura? Porque lo que es yo, siento que todo se va cada vez más a la mierda. De hecho, Jennifer me acusó de ser un ciego que nunca tendrá éxito.

—Jennifer es una bruja —replicó ______ con molestia—. Hay que serlo para decirle eso a un hombre tan extraordinario como tú, porque lo eres, ¿sabes?

No respondí. No me sentía extraordinario, me sentía como un fraude.

—¿Lo sabes, verdad? —insistió.

—No sé nada, ______ —solté cansado—. Estoy harto de dudar de mí mismo y de que no me resulten las cosas. Nunca antes había sentido esta frustración. Siempre fui optimista, seguro y arriesgado, pero desde que me metí en el maldito negocio de las zapatillas eso se acabó.

Dejé de hablar con un nudo en la garganta y me recosté sobre la colcha. Una luna grande y blanca alumbraba el firmamento. La contemplé callado mientras el sonido de las olas rompiéndose llenaba el triste silencio entre nosotros.
______ se recostó a mi lado, girada hacia mí. Sus ojos grandes me observaban con preocupación.

—El camino del emprendedor es así, Jimin, lleno de altibajos. No puedes hundirte cada vez que las cosas no resulten ni tampoco convertirte en un idiota vanidoso cuando todo marche bien. Ya es hora de que dejes de pensar que vales o no según tus resultados. Tu trabajo es lo que haces, no quien eres. Tú eres valioso sin importar qué ocurra.