🍥14: Mi Sexy Caballero de Brillante Armadura🍥

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Francesca vivía cerca de la sierra. Literalmente. Su casa, o mejor dicho su mansión, estaba en el sector del Valle de Calamuchita, casi al pie de las sierras. De pie frente al portón, me sequé las manos en el vestido después de pulsar el timbre.

—Tranquila —me dio ánimos Jimin, tomándome la mano—. Todo estará bien.

Fue la propia Francesca quien nos abrió. Sus ojos se agrandaron al fijarse en mí.

—¡Amiga, te ves estupenda! —Me abrazó.

Le devolví el cumplido mientras ella nos hacía pasar, mirando con disimulo a mi acompañante.

—Soy Jimin, el novio de ______ —Se presentó él con una adorable sonrisa.

Me encantó que él tomara la decisión por mí. Lo miré tratando de transmitirle en silencio mi gratitud. Jimin me guiñó el ojo de manera cómplice mientras seguíamos a Francesca hacia el salón. Con el estómago apretado, di un vistazo para saber si había llegado Lucas.

—Se atrasó, pero viene en camino —me susurró Francesca, aprovechando que Jimin se había alejado unos metros a la mesa de las bebidas—. ¡Qué ganas tengo de verle la cara cuando te vea toda guapa y con novio nuevo! ¡Qué guardado te lo tenías, eh! ¿Dónde lo conociste?

Francesca era mi amiga, pero ni loca le revelaba que con Jimin solo estábamos representando una farsa (mi nivel de patetismo tenía un límite, gracias). Solo respondí que lo había conocido en el gimnasio donde él era personal trainer.

—Con razón, es guapísimo. ¿Es coreano o japonés? —comentó ella contemplando a Jimin.

—Es coreano.

Hombre, pues sí que lo era. Jimin lucía más sexy que nunca esa noche. El pantalón negro y la camisa blanca que llevaba le daban un aire sofisticado y masculino. Tuve que obligarme a apartar los ojos de él cuando volvió con mi bebida.

—Batallé para encontrar un sacacorchos, pero aquí tienes, preciosa —me dijo, tendiéndome una copa de vino blanco.

—¡Ya desearía yo que mi marido fuera así de atento! —comentó Francesca.

Jimin sonrió.

—Tengo que cuidar a mi bella novia, ¿no crees?

Dijo eso mientras sus dedos se perdían debajo de mi cabello y me acariciaban la nuca. Mmm, ¡qué delicia! Hacía tanto tiempo que ningún hombre me tocaba que me faltó poco para frotarme contra su mano.
De pronto, los dedos de Jimin se deslizaron desde mi cuello hasta la mejilla de forma incitante, desatando un sorpresivo calor en mi interior. Miré a Jimin turbada por la intimidad de la caricia y él sosteniéndome la mirada, rozó con su pulgar la comisura de mi boca con exquisita lentitud. Por un instante me dió la sensación de que sus ojos estaban llenos de deseo, pero al segundo apartó la vista y se enfrascó otra vez en la conversación con nuestra anfitriona.
No volvió a mirarme de esa forma, pero sus manos siguieron acariciando mi piel lánguidamente; inflamándome, desatando la necesidad de otras partes de mi cuerpo que también querían sentirlas.

Maldición, ¿qué me estaba pasando? ¡Era Jimin, por Dios! Me lo repetí más de mil veces, pero por más que trataba, no lograba recordar que era mi mejor amigo haciéndome un favor. Solo veía a un hombre guapísimo cuyo contacto me estremecía y me hacía añorar más, mucho más. Él por su parte no parecía afectado. Conversaba por aquí y por allá en los diferentes grupos representando a la perfección su papel de novio atento, sin dejar en ningún momento de tocarme de esa manera provocativa que me estaba volviendo loca. El carisma y la amabilidad que Jimin derrochaba solo contribuían a aumentar mi hambre por él.

🆃🅷🅴 🆂🆆🅴🅴🆃🅴🆂🆃 🅳🅴🅰🅻[𝔸𝕕𝕒𝕡]🍥 𝕁𝕚𝕞𝕚𝕟 𝕪 _____🍥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora