Capítulo 8

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-¿Qué? -pregunto con el corazón en la mano.

-Ven al hospital, Amunet -mi madre se calla en el peor momento y empieza a llorar a la misma vez que lo hago yo.

-¿Qué pasó mamá? ¡¡Dímelo!! -pregunto llorando.

-Amunet, despertó.

Cuelgo y empiezo a llorar por el susto que me dio, pero también de felicidad. Despertó al fin. Ya pasaron siete meses desde que Amunet lo intentó, en esos siete meses estuve pagando la deuda que le debía a Jackson, el chico que me dio la información, tuve que trabajar en un bar para pagar la deuda. También seguí investigando el motivo de suicidio, pero eso solo me dio dolor de cabeza porque no llegaba a ninguna parte.

Todos me decían cosas que no tenían sentido, argumentos diferentes e incluso tonterías como que Amunet consumió sustancias ilegales cosa que obviamente ella nunca haría. Jackson al final me contó que Amunet nunca fue a ninguna fiesta y me rebajó la deuda a más de la mitad. También me enteré de que el chico misterioso no era ni más ni menos que Eric. Así que si ninguna de mis sospechas eran ciertas, ahora podría saber la verdad.

Pasamos 4 cumpleaños sin Amunet, el de Eric, el de Félix que ahora es uno más, el de mi madre y el nuestro. No solo eso, también pasamos año nuevo y navidad sin ella, fueron más tristes que los demás, pero lo que nos tranquilizaba era tener esperanza en que pronto Amunet estaría en la mesa comiendo con nosotros.

Mientras conduzco pienso en todas las visitas que hice a Amunet, llorando y suplicando y ahora estoy a punto de verla. Supongo que le voy a tener que felicitar por nuestro cumpleaños número 24. Salgo corriendo del coche y voy a la habitación donde tiene que estar Amunet. Cuando entro veo a mis padres con lágrimas hablando con Amunet, cuando me ve voy corriendo y le abrazo.

-¡Feliz cumpleaños!

-¿En qué mes estamos?

-Marzo, ¿no tienes secuelas?

-No, los doctores dicen que estoy bien y que mejoré mucho.

-Nosotros vamos a hacer los papeleos abajo -dice mi padre.

-Vale.

-Ok -dice Amunet.

-Amunet, ¿por qué lo hiciste?

Suspira -Sakhmet, no intenté suicidarme. Lo poco que recuerdo es que una chica vino con más gente e intentó atacarme... Con magia, querían mis poderes y creo que también quieren los tuyos.

-¿Qué? ¿Cómo era?

-No la conocemos, pero la chica que me atacó tenía mucho poder y parecía la líder de todos lo que estaban con ella.

-¿Se lo decimos a nuestros padres?

-No, no quiero preocuparlos. Por cierto ¿no estás sorprendida de que no me intentase matar?

-Estoy un poco confundida, pero no estoy sorprendida. Creo que en el fondo sabía que era imposible que intentaras algo así. ¿Pero por qué no te mataron?

-No lo sé, cuando llegaste y escucharon tus pasos me dejaron inconsciente después no sé qué pasó.

-Yo te pille en el baño con mucha sangre, pero no noté nada más, o sí, cuando estaba subiendo a tu habitación escuche un ruido, pero pensé que era normal.

-Seguro eran ellos.

-¿Y qué le vamos a decir a nuestros padres?

-Van a tener que seguir pensando que me intenté suicidar.

-¿Pero no es mejor decirle lo que pasó? Así nos van a ayudar.

-No, papá y mamá tienen menos fuerza y energía si le decimos que nos ayuden se van a meter en esta guerra y no queremos que eso pase ¿o si?

Conexión de hermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora