primera parte

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-Déjame dormir un poco más -. Había hablado Jiang Cheng a la nada mientras se encontraba recostado sobre la cama.

Jiang Cheng estaba cansado.

Estaba cansado de absolutamente todo y todos, todo lo que hacía se volvió una rutina tan aburrida que incluso las discusiones con sus padres por no ser mejor que su hermano mayor ya le daban igual. Descubrió que realmente era remplazable y que siempre cualquier que fuera la razón o motivo sería la segunda opción de todos. Incluso le de su propia familia. Ahora recostado sobre su cama los recuerdos de lo que había pasado en su vida lo invadían, hacia que se sintiera tan cansado y el vacío que sentía en su pecho doliera, ahora que lo recuerda ese cansancio lo sentía desde siempre.

La primera vez que se sintió cansado de absolutamente todo fue cuando tenía 12 años, ese día regreso de casa agitado por los exámenes y algunos entrenamientos que había hecho para entrar al equipo de fútbol, y sobre los exámenes el realmente se esforzó por tener todas las respuestas correctas y que cuando sus padres miraran sus calificaciones se sintieran orgullosos de él o al menos no lo regañaran por ser un holgazán.Ese día, viernes, por fin podría descansar y esperar al lunes para sus resultados de las pruebas, incluso si su cansancio era demasiado, estaba ansioso por saber cómo le había ido.

Cuando llegó de la escuela ese día, no había nadie ni siquiera su nana, el sabía que a esa hora todos estaban en casa, incluidos sus padres. Se le hacía extraño porque según algunos chicos miraron a sus padres llegar por sus hermanos, sin embargo, el a Jiang Cheng nunca le hablaron. Siempre comían todos juntos a pesar de que lo ignoraban. No le tomo tanta importancia a eso y fue a su habitación para hacer la tarea y luego bajar a ver si su nana había echo algo de comer para él. Aunque no había nada preparado el había aprendido desde muy temprana edad a hacer de comer.

Eran las 9:30 de la noche cuando el aún se encontraba solo en casa, tenía miedo de bajar a la primer planta porque estaba todo oscuro y había ruidos que se oían desde abajo, también los aullidos de los perros le daban miedo, aunque Jiang Cheng amara a perros ahora les tenía cierto miedo. Sus mejillas estaban igual de rojas que la punta de su nariz, sus ojos estaban hinchados e igual se rojos por las lágrimas, estaba temblando de miedo y necesitaba a su YiZun. Sabía que ya era demasiado grande para llorar por estar solo en casa, pero los ruidos ocasionados por las grandes ramas chocando contra el vidrio de las ventanas lo aterraban.

No supo cuánto tiempo paso exactamente hasta que escucho pasos en la planta baja junto a risas y las voces de su familia, suspirando de alivio fue a lavarse la cara para que su madre no lo regañaran por tener rastros de lágrimas, bajo lo más pronto posible a la primera planta con su pijama algo sucia y un peluche de perro que le había regalado su abuela en su mano derecha. No tuvo tiempo de bajar por completo las escaleras cuando un grito se escuchó en toda la sala de estar. Para cuando se dio cuenta su familia lo miraban con molestia, mientras que su hermano se escondida detrás de las piernas de su padre, los miro confundidos por un momento hasta que se dio cuanta de lo que traía, miro al peluche en su mano y lo escondió detrás de él. Había olvidado que a su hermano le aterraban los caninos.

-Mamá, ¿dónde estaban? -. Se atrevió a preguntar evitando mirarla a los ojos, se mantuvo cabizbajo para evitar otro regañó innecesario por haber llorado.

-¡Jiang Cheng, cuantas veces te hemos dicho que a-xian le dan miedo los perros, ahora sube a tu habitación sí no quieres que te castigue!-. Esa fue la respuesta de su madre, mientras que su padre y hermana se aseguraban de calmar el llanto de Wei Wuxian.

Jiang Cheng no sabía porque le gritó, ni siquiera respondió a su pregunta. En su pequeño pecho sintió como algo se encogía, y de como la respiración le faltó por algunos segundos, luego ya no sintió nada.
Lo siguiente que supo fue que Xue Yizun estaba a su lado dándole un abrazo y un beso de buenas noches mientras de disculpaba por no haber estado en todo el día, ya que su hija se había enfermado. Xue Yizun, así se llamaba su nana.
Ella siempre lo ha cuidado desde que tiene memoria, ella y su hija Xue YiLing recuerda que ellas llegaron varios meses después de que Wei Wuxian lo hiciera, fueron el remplazo de su madre y hermana, puesto que su verdadera familia solo se habían encargado de hacer que Wei Wuxian se sintiera como en casa, lo entendía, sabía que no debía estar celoso por eso porque se había quedado sin padres, pero lo estaba porque Madame Yu nunca fue así con él, Jiang Yanli también nunca se mostró amorosa con él como lo hacía con Wei Wuxian y estaba celoso. Hasta su padre que apenas y le ponía atención ahora lo veía como un 0 a la izquierda.

Déjame llorar. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora