Título: Ojos Bonitos
Personajes: Dean Winchester
Aclaraciones:
*Este es un universo alternativo donde Dean conoce a Amelia en el siglo XVI y ambos forman parte de familias de la realeza, hasta que los Winchester tienen que irse por motivos misteriosos.
Francia. Siglo XVI. 16 de junio del año 1528.
El llanto en aquella chica de cabellera rubia fresa se había hecho presente y parecía imparable. Era un llanto silencioso pero doloroso, arrebataba su respiración segundo por segundo. Unos brazos flacuchos trataban de consolarla, pero no servía de mucho sabiendo que la persona que la consolaba se iría pronto.
Los Winchester y los Fablet eran dos familias muy prestigiosas de la realeza que eran amigas, al nacer Amelie Fablet (la más pequeña de la familia) sus padres la prometieron en matrimonio con Dean Winchester (el mayor de los Winchester). Conforme pasaba el tiempo, se decidió no notificar a los involucrados su destino juntos, pero aun así los niños comenzaron una bella amistad. Tiempo después se habían enamorado, pero nunca lo dijeron; eran amigos casi desde cuna y ahora 13 años después se veían en la obligación de separarse, pues los Winchester tenían que irse a un reino lejano por motivos sumamente confidenciales. Las manos del varón acariciaban suavemente el cabello de la chica que, aunque podría confundirse con un pelirrojo, él juraba que era un rubio fresa y parecía ofenderle la sola idea de que los demás pensaran que era una pelirroja más.
—Es hora.
Ambos escucharon hablar a Mary, la mamá de Dean. Amelie pareció aferrarse más al chico, pero sabía que tenía que dejarlo ir.
—Recuerda, hoy y siempre, en esta vida o en cualquier otra, siempre volveré a ti. —Dean susurró en su oído para después depositar un beso en su cabeza que se encontraba recargada en su pecho debido a la diferencia de estatura. —Adiós, ojos bonitos.
Amelie incapaz de pronunciar palabra alguna, intentó sonreír y con el corazón en mano lo vio subir al carruaje y partir.
Francia. Siglo XVI. 23 de marzo del año 1535.
Desperté. Me quedé mirando por un rato el techo de mi alcoba algo extrañada; lo había soñado de nuevo, después de tanto tiempo volví a soñar con él. Me levanté y comencé a arreglarme, normalmente Carol tenía que venir a despertarme, pero no esta vez. Tenía un extraño presentimiento, podía sentir una opresión en mi pecho.
Carol llegó y se sorprendió al verme despierta, me saludó amablemente y se dispuso a preparar mi baño en lo que yo amarraba mi cabello. Una vez listo, me metí a la tina decidida a relajarme un poco, pero mientras pasaba la esponja mojada por mis brazos, no podía dejar de pensar en el sueño y ese presentimiento de que algo pasaría. Me paré encontrándome con Carol con la toalla lista, me envolví en ella y salí. Carol ayudó a ajustarme el corsé del vestido.
—Señorita Amelie. —habló Carol y yo rodé los ojos al escuchar aquel sustantivo. —Perdón, Amelie. —corrigió y reímos. —Feliz cumpleaños. —Me sorprendí ante la mención de aquello. —No me diga que no lo recordaba. —habló un tanto divertida.
—No, no. Claro que lo recordaba, gracias. —Sonreí amablemente.
—¿Piensa hacer algo? —Suspiré.
—Conociendo a mis padres, habrán organizado alguna fiesta sin mi consentimiento.
Y así fue.
