○ Cap 17 ○

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Lunes por la mañana, el nuevo inicio de una atareada y soleada semana, los estudiantes comenzaban su jornada escolar y parecía que sería un día tranquilo, o eso era lo que pensaban hasta que a través de la bocinas emitieron un comunicado extraño, el director había solicitado que todos los alumnos se reunieran en el gimnasio para dar el anuncio que menciono vagamente en el baile de hace unos días.

Cada maestro pidió que se obedeciera la orden por lo que todos los chicos salieron al pasillo en camino al gimnasio.

Gilda: ¿Qué está pasando?

Don: El director menciono que daría un anuncio

Gilda: Ya se tonto, pero que nos reúnan a todos me preocupa

Ayshe: No creo que sea algo malo

Violet: No sé de qué se quejan, estamos perdiendo clases y eso es lo que vale mencionar

Gilda: Tú nunca haces nada aunque estemos en clase

Violet: ¡Hey, si trabajo!

Gilda: Si a trabajar le llamas dormir... -sonrió burlonamente con una expresión sarcástica-

Gillian: ¡Chicos! –llamó la rubia a sus amigos –

Don: Oh Gillian, buenos días

Gillian: Hola –acomoda su gorro- ¿Han visto a Emma?

Ayshe: ¿A Emma?

Gillian: No llego a las primeras horas

Gilda: Eso- eso es muy raro en ella...

Violet: ¿No se quedó dormida?

Gillian: Muy de vez en cuando se pierde la primera hora pero para la siguiente ya está aquí

Don: ¿Se habrá enfermado?

Gillian: No se... -apretó sus labios preocupada-

Ayshe: Podrías preguntarle a Norman o a Ray, capaz ellos saben algo

Gillian: Tienes razón, iré a buscarlos –se despidió con un rápido movimiento y salió en busca de los chicos-

...

Ray: ¿Emma no vino?

Gillian: -sacude su cabeza- No sé nada de ella

Norman revisó rápidamente su celular, no había ningún mensaje o llamada pérdida, la misma situación para Ray quien comenzó a preocuparse

Ray: Le voy a marcar, espero se haya quedado dormida

Y tal como dijo la llamó pero extrañamente entró directamente el buzón lo que significaba que podía tener su celular apagado

Ray: Buzón...

Gillian: Eso no es normal, para nada

Norman: ¿Le habrá pasado algo?

Esa era la situación, Emma nunca faltaba a clases si no era por alguna razón muy bien justificada, acerca de sus retardos, podía estar ausente para la primera hora pero siempre llegaba para el comienzo de la segunda si antes haber enviado un mensaje que avisaría su situación.

Entre el pánico no se dieron cuenta que habían llegado al edificio, algunos maestros vigilaban la entrada por lo que no podrían hacer otra cosa hasta que acabara la asamblea. Los tres tomaron asiento entre las gradas más altas y se resignaron a ver qué pasaba.

Ray: ¿Tú ya sabes de qué se trata esto no?

Norman: En efecto

Gillian: ¿Por qué nos reúnen a todos?

Mi confuso amor juvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora