Metáforas del corazón

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    - ¡¡Tú y yo tenemos que hablar!! - Le dijo el Cerebro al Corazón. Unos minutos después ambos estaban en un mar de lágrimas. El Corazón destrozado al entender y razonar lo bueno y lo malo que podría suceder si él se decidiera a hablar con ella y decirle lo que quiere. En cambio el Cerebro estaba atónito, sollozando y conmovido pues entendió y sintió todos y cada uno de los sentires del corazón y lo que sentiría si sucediese algo bueno o malo.
Entonces ella se acercó a él y le pregunto.
    - ¿Qué vas a hacer? - Él, como siempre, respondió.
    - No sé, comer, irme, leer, algo hare. - Ella seguía viendo su celular y a él en movimientos repetidos como si quisiera mostrar algo de atención, o al menos eso aparentaba.
El continuó platicando con sus amigos y ella se despidió con un gesto amable y un beso en la mejilla. Luego él también se despidió y continuo con su camino, el cual es el mismo de ella hasta pasar la estación del camión. Siguió caminando y a la vuelta de la esquina se topó con ella y le dijo.
    - ¡No que ya te ibas!. Tu siempre tan mentirosa.
    - ¡No!, no es eso, me detuve a contestar un mensaje. - Entonces él se rio y le empezó a comentar todo lo que le sucedería si seguía caminando por ahí mientras contestaba el teléfono.
Siguieron caminando hasta unos varios metros antes de la salida y él le dijo.
    - Bueno, yo aquí me voy, tengo que ir a comprar vales para el camión. - Y ella le saco algo de platica y se quedaron un rato parados ahí en medio del camino platicando, mientras el viento soplaba y el sol quemaba. Entonces sucedió lo inesperado, ella pregunto.
    - ¿Y qué harás después de comprar los vales?
    - Pues ir a comer, supongo si es que no me dejan solo, en ese caso te invitaría a comer. Bueno ya me voy sino la fila va estar larga.
    - Me parece bien, mañana comemos. Hasta luego. - Y así se despidieron, él se fue a comprar sus vales y fue a comer donde había quedado con unos amigos, los cuales como presagio no fueron a comer.
Para esto el Corazón y el Cerebro seguían atónitos, sin saber qué hacer. Y apenas pudieron registrar lo que había sucedió entre aquellos dos. Solo unas cuantas frases quedaron grabadas: "…te invitaría a comer.", "me parece bien, mañana comemos".

Paso toda la tarde pensando en que haría al día siguiente cuando salieran de aquel mítico lugar llamado salón en el cual se conocieron y por el cual formar aquel extraño vinculo que se espera sea más que solo una amistad.
Él quería invitarla a comer al restaurante al que él siempre va, pero algo le decía que no sería buena idea.
Antes de dormir su corazón se aceleraba al pensar en ella, en sus ojos negros y piel canela, en su caminar andante su cuerpo atlante le deja ansias de verla soñar y acariciar su cabello lacio y color castaño.

El Corazón bajo su ritmo, dejo de correr y fue en un extraño estado de animo a ver al Cerebro para pedirle consejo.
El Cerebro lo recibe con una sonrisa y una pregunta.
    - ¿Qué te sucede? - le pregunto-
    - No sé qué hacer. - le contesto en ese estado de emocional eufórico y terror.
    - ¿Qué paso?
    - Pues como bien sabrás mañana va a comer con Ella y no sé qué hacer, no deja de pensar en ella y se acelera y se calma. Las emociones están a mil por hora.
    - No hay nada que puedas hacer, todo depende de que piense y que le diga a Ella, es cuestión de lógica.
Al día siguiente, el paso toda la mañana sin pensar en ella, a la hora de la salida El salió de manera rápida como de costumbre y se quedó esperando al lado de la puerta. Al cabo de unos minutos empezó a pensar a donde irían. Cuando Ella salió le pregunto lo de siempre.
    - ¿Qué vas a hacer? - Y Él, como siempre, respondió de una manera entusiasta y a la vez casi susurrado.
    - ¡Comer!, irme, leer, algo hare. - Ella seguía viendo su celular y a Él en movimientos repetidos como si quisiera mostrar algo de atención, o al menos eso aparentaba. Todo eso parecía la plática de todos los días.
    - Y vos ¿Qué vas a hacer? - Le pregunto y Ella contesto.
    - Pues irme tengo algo de prisa.

El y Ella siguieron caminando hasta la esquina donde se toparon con más compañeros y se quedaron un rato platicando.

El Corazón y el Cerebro estaban atónitos al ver aquella interacción tan común e incómoda, pues Él sabía lo que quería pero a la vez  no quería presionar.

Siguieron un rato parados, El vio a unos amigos y los llamo, siguieron platicando, al cabo de unos minutos Él dijo: bueno me tengo que ir a comer; y les pregunto si gustaban acompañarlo pues una amiga le había cancelado. Todo esto lo dijo casi gritando y Ella ni se inmuto a lo dicho. Entonces Él le dijo a Ella.
    - Bueno ya me voy a comer tras tu cancelación tan sutil y de olvido casual. - Ella se puso incomoda tras lo dicho y parecía que no tenía intención de acompañarlo.
    - ¡¡Aahh!! -  Casi lo grito.
    - No era mi intención, tengo cita con el médico. Parecía realista la excusa, pero a decir verdad de esta manera con frases parecidas ya se había librado de muchos compromisos.
    - Ah, bueno… Ya me voy.
    - Mmmm. Nos vemos el jueves.
    - No vengo el jueves.
    - Ash!!...
    - Uno de estos días nos vemos.
    - Si.

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2015 ⏰

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