Capitulo 1

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Hay muchas cosas que se mantienen en secreto. Los hombres quieren atribuirse que son el único ser de gran inteligencia que Dios creo. Por ello, los humanos ocultaron durante años una historia de sangre derramada, sangre mágica. Los hombres pusieron en peligro a una especie mágica para atribuirse el poder. Mataron no solo en el campo de batalla. Mataron hombres y mujeres. Mataron niños, niñas y bebes. No les importo nada. Creen que los han extinto, pero no: Las Ninfas del Sur siguen en pie. Y buscan venganza.

Por eso, la pequeña población de Ninfas necesitaba matar a los hombres. Necesitaba matar al heredero de el gran cazador. Pero ¿Cómo matar a un joven sin que el se diera cuenta? Aunque el heredero había nacido recientemente, sus padres se darían cuenta de inmediato de sus intensiones. 

Es ese momento de necesidad, la reina dio a luz a una niña: Una joven de cabello negro, piel blanca y ojos de color sangre. La niñita se llamaba Li, y era de una belleza celestial, hasta para las Ninfas*, que eran todas hermosas. 

Como la princesita y el hijo del cazador tenían aproximadamente la misma edad, todo el pueblo creyó que esa era su única esperanza: Tentarían al joven con la princesa, que luego se encargaría de matarlo. 

Por eso, cuando Li cumplió seis años, las Ninfas guerreras le comenzaron a entrenar. 

Le enseñaron a luchar, cazar, defenderse, correr rápido, lanzar flechas, amordazar a una victima, transformarse en su animal, que resulto ser una serpiente, clavar un cuchillo, como matar sin contenerse... 

Y la muchacha aprendía rápido. Comprendía todas las instrucciones y las ejecutaba de maravilla. Pronto era una grandiosa cazadora. A los doce años, la joven era la más hermosa y feroz de el pueblo. Ya era hora de enseñarle a matar hombres. 

Le enseñaron a un adulto. Pertenecía a una vieja tribu, que todavía sabia de la existencia de las Ninfas del Sur y les enviaban hombres en sacrificio para frenar su ira. Le entregaron a Li un chichillo. Ella lo levanto y se lo clavo al hombre. Este no se movía. Estaba muerto. 

Un año después, a sus trece años, a Li le pusieron un brazalete de plata. levanto el brazo que lo llevaba y juro. 

- Desde que lo vea, moriré y moriré lentamente hasta haberle dado muerte al heredero de los cazadores. - Y su juramento fue recibido con aplausos. 

Ya era una asesina. 

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*Las Ninfas del Sur también son hombres, pero solo a las mujeres se las refiere como "Ninfas" sin "del Sur".

Amor y MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora