20 de diciembre
Estaba caminando hacia el edifico número 11 de la facultad de magisterio. Cerca de la zona se hallaban rascacielos de más de 50 metros de altura, siempre me preguntaba sobre como serían las vistas desde allí arriba. Entrando en la facultad me dirigía hacia a la aula número 8 para entregar el octavo proyecto de leyes de derecho. Cuando sorprendentemente me hallaba delante de uno de los balcones más impresionantes de toda la facultad, así que decidí salir a contemplar las vistas. De repente noto algo atravesado por mi pecho. Una bala. Segundos después del accidente caí al suelo derramando sangre "a cántaros". Cerré mis ojos repentinamente oyendo de fondo el ruido de las sirenas de las ambulancias y de los policías. También mis oídos percibieron el llanto de mis compañeros y profesores y los abucheos de la gente de alrededor. Noté unos largos brazos levantándome por la espalda y agarrándome de las manos, muñecas y piernas. Sentí como me depositaban en una camilla para, en una ambulancia, ir directos a un hospital que se hallaba a escasos kilómetros de allí.