Prólogo

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Durante ciertos períodos de nuestras vidas, podemos escuchar una canción en particular que toca nuestros corazones tanto que terminamos repitiendo la canción miles de veces.

Mi pregunta es, ¿cómo sabrías que la próxima canción también tocará tu corazón si no permites que fluya la lista de reproducción?¿Cómo sabes que la siguiente no te gustará más?

¿Qué hacía pensando en eso?

¡Estaba apunto de caer!

La vista era más aterradora desde esta perspectiva ,claramente. Sentía como mi corazón estaba apunto de salirse de mi pecho y por poco empiezo a sentir mis labios secos a consecuencia de mi aliento descontrolado. Debajo de mis pies me espera el fondo del precipicio, rocas que tal vez tenían el filo suficiente para traspasarme la espalda, aunque de todas formas la caída me mataría. Tal vez podía caer de una forma en la que mi cuerpo resista un poco. En fin, el resultado era el mismo, si me soltase la mano justo ahora, moriría.

Pero no lo haría.

—Podría soltarte en cualquier momento—Su declaración me tomó por sorpresa. Me había empujado al precipicio, literalmente, aunque fue rápido y me tomó de la mano. Mi mirada se posaba en la suya, aunque a él lo acompañaba una sonrisa de satisfacción.—. ¿De qué lado estás, pequeña Anne?

Mi mano empieza a sudar de la presión que estoy ejerciendo para no soltar la suya, y aunque siento miedo, no dejo de mirarlo. Su rostro antes vacilante cambia a una mueca de disgusto, como si apenas se diera cuenta de lo que está haciendo. Edén no era la clase de persona que se hubiese sentido mal si me deja ir o no, ni siquiera iba a mirar cuando lo hiciera, posiblemente se hubiese marchado nada más, sin saber de qué manera acabó conmigo.

Pero no me soltó.

De eso trataba todo, Edén nunca me soltaba; sin embargo, tampoco sabía mantenerme a su lado.

Edén, cuyo nombre hacia referencia al paraíso terrenal, era todo menos el paraíso. Se semejaba más a lo que yo llamaría el infierno mismo. Lo deduje desde el primer momento en el que lo vi actuar.

Edén era sinónimo de peligro, misterio y una gran astucia.

Yo, siendo bastante escurridiza, había descubierto todo el misterio que lo rodeaba.

Y todo comenzó, con mi regreso al pueblo sombrío de Northbrook.

Los Títeres De CharlesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora