DOS

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DOS

—¿Estás bien? —Jimin se le acercó y le preguntó por lo bajo a Tae.

Taehyung asintió chiquito no emitió sonido y su cara se tensó, y se lo imagina. Se lo imagina como tantas veces que hablaron de esto. Se lo imagina y le duele, porque sabe que su Jungkookie está sufriendo y no puede hacer nada para impedirlo. No puede hacer nada al respecto

¿Puede?

Para la perspectiva de Taehyung, no. En verdad que no puede. O por lo menos no sabe cómo hacer para poder impedirlo. Porque Taehyung cree fehacientemente que lo que hizo es lo correcto para él, para ambos. Pero no sé siente bien como él cree y el dolor le pesa. Y el dolor le cierra la garganta y sonríe a los presentes con los ojos brillosos.

—Tomemos cinco minutos —dijo Yoongi—. ¿Quieren algo para tomar? —les preguntó a Taehyung y a Jimin.

Los dos lo miraron y negaron al mismo tiempo.

Una vez que la sala se quedó vacía Jimin le volvió a preguntar, con una necesidad que lo supera, porque quiere, necesita saber de su amigo. De veras que quiere saber de él. Porque le preocupa por sobremanera su estado. Porque sabe que no ha descansado en días, y que incluso no ha comido bien.

Porque todos preguntan por Taehyung y el porqué se alejó de las redes, porque ya no actualiza. Porque, incluso se lo ve triste y con el semblante caído. Y a Jimin la situación lo supera porque en verdad le gustaría ayudar. Poder, ayudar en verdad. Pero no lo consigue y se siente inútil.

—¿Está todo bien? —volvió a preguntar, pero esta vez con algo más de ímpetu, tomándolo del hombro y haciendo algo de presión. Y Jimin hizo de esas preguntas innecesarias, que incluso ya sabes la respuesta.

Taehyung lo escrutó pero no respondió, sus ojos se cristalizaron nuevamente.

Hizo pucheros pero se quedó en aquel lugar, inmóvil. Le hubiese gustado poder correr detrás de Jungkook; decirle que todo irá bien. Poder acariciar sus mejillas, limpiarle las lágrimas y besarlo. Besarlo como si mañana no existiese.

Jimin lo trajo más a su cuerpo y Taehyung se desplomó allí, intentó no llorar; oh Dios sí, que lo intentó. Pero fracasó. Y Taehyung creyó que el fracaso era su segundo nombre. Porque tiene la sensación que todo le sale mal, que nada es como él en verdad espera y se da cuenta que el consuelo de su amigo no ayuda a su estado. Sigo que lo hace sentir más débil. Porque esos brazos que lo envuelven no son los que él quisiera.

—¡Ey! —Jimin lo separó de él y le limpió las lágrimas con el pulgar—. Mi dulce Taehyung, no llores. Odio verte así.

Taehyung lo miró, pero no sabe qué responder al respecto. No sabe qué decir en verdad. Solo piensa en Jungkook y en el sufrimiento de este, que es el reflejo de lo que siente Taehyung ahora.

Las puertas se abrieron y ellos se separaron de golpe intentando camuflar, esconder lo imposible: el amor entre Jeon Jungkook y Kim Taehyung.

Porque el aire era espeso.

Y Taehyung miró hacia la entrada pensando que podía llegar a entrar su Jungkookie, pero no ocurrió nada de eso.

—¿Jungkook? —preguntó Hoseok con un té helado en la mano.

—No sé sentía muy bien. Lo llevaron a su casa —respondió Jin esquivando la mirada atenta de Taehyung.

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⏰ Última actualización: May 12, 2021 ⏰

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