✮cap 1✮

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¿Qué fue eso?

–tía, ¿cuánto tiempo tenemos que aguardar para desayunar?... –un peli morado se encontraba sentado en el comedor apunto de caer por el sueño, junto a él estaba su tío, un ser mágico con piel morada y una lámpara que flotaba a su lado mirando la escena con intriga; ese objeto dorado nunca se alejaba de su dueño.

–si crees que demoró tanto entonces, ¿por qué no te vas con tus amigos sin tu desayuno? –Tara estaba visiblemente fastidiada, ella podría ser la individuo más poderosa y atemorizante del lugar, o tal vez del mundo, pero obviamente cocinar no es para nada su fuerte y su esposo lo notaba cada vez que tocaba un pie en su cocina.

–blahala, wablahalala –su marido trataba de calmarla mientras se dirigía junto a ella para tomar el lugar como cocinero, ya se acostumbró a ver a su temible esposa ser frustrada una y otra vez por la comida, tanto como el del desayuno como el de la cena, ya era algo cotidiano para esta singular familia.

–Halablala –le decía el ser mágico a su sobrino, ya listo para preparar él mismo su desayuno, pero el nombrado ya se había quedado dormido sobre la mesa con los brazos haciéndole de almohada, otra escena cotidiana.

Él ojerosa siempre cae en sueño en casi todo momento ¿habrá descansado anoche? Se preguntó Gene, y dejó a Tara de nuevo en la cocina que, ya enojada, se había dado por vencida. Sin antes apagar el fuego para que no se incendie nada, se apresuró a su sobrino para despertarlo.

El de piel morada zarandeó el hombro del pequeño durmiente en intento de despertarlo. Costó solo un poco ya que con el primer zarandeo ya estaba abriendo sus cansados ojos con ojeras.

–perdón tío..., ¿me quedé de nuevo dormido cierto? –su pariente asiente con un semblante triste y preocupado, no es sano que a su sobrino le suceda esto y él se lo comento–. Walalablala… –evidentemente estaba preocupado por su somnoliento y único sobrino.

–¡no, no!, estoy bien, si he podido descansar anoche, solo sigo algo dormido por tener que levantarme tan temprano –el chico recientemente despierto le regala una dulce sonrisa con una suave y corta carcajada algo cansada a su nombrado tío, el solo opta por asentir de nuevo y devolverle la sonrisa aún algo inquieto.

–Sandy, luego desayunarás, ahora ve que llegarás tarde con tus amigos –Tara se encontraba cruzada de brazos mientras que su sombra le daba al joven peli morado su mochila que, aún un poco cansado, se levanta de su asiento y la toma.

–tengan un buen día… –y con un bostezo algo disimulado saluda a su familia mientras se dirige a la puerta–. Y descuiden, que llegaré temprano como siempre, ¡los quiero!

–¡blahala! –devuelve el pequeño ser morado con una gran sonrisa y agitando su mano lo más alto que puede como un niño amoroso, dejará pasar el infortunio por ahora. Sandy antes de irse sonríe al ver a su tío de nuevo alegre y cierra la puerta detrás de él.

La escaramuza aún cruzada de brazos mira a su único sobrino salir por la puerta. Ella es muy impasible con Sandy no porque le apetezca, sino porque así fue criada; por su madre, Samay y su padre Zigor.

Los dos la criaron con un desmesurado cariño, no debe caber duda, pero desde luego que también con una desmesurada severidad y empeño, más como un experimento que como a un ser humano.

 Al ser su progenitora tenía muchos deberes, el número uno, ser el ser mágico más poderoso del mundo, era demasiado para una niña que apenas había empezado su vida y aprendía de ella.

Solo que en una mañana de primavera la de rasgos mágicos encontró la lámpara de su actual marido, el de piel morada le mostró el otro camino de la vida, el camino a una vida sin prejuicios y alegre, un camino donde podías ser realmente feliz sin ningún inconveniente y sí que tenía razón.

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