✮cap 3✮

35 5 0
                                    

El gran plan

–s-si tío Mortis… –suspiro ante la gran bocanada de aire que trago hace un segundo y añado ahora un poco más sarcástico–, ahora dime, ¿cuál es tu gran plan "nuevo y mejorado"?

Al terminar de preguntarle, haciendo énfasis en las últimas palabras, me siento a su lado incapaz de quedarme parado otro segundo ya que mi cuerpo sigue medio entumecido por el anterior susto que me regaló.

Él ríe ante mi expresión de miedo que aún ni se esfuma del todo de mi rostro, me irrita pero suspiro para calmarme, luego me imita.

–perdón mi querido sobrinito… –empieza, enfatizando el sobrinito exageradamente– sé muy bien que no soportas las pequeñas bromas de tu grandioso tío… –lloriqueo burlonamente como es su costumbre, y luego añadió– ¡pero era la única manera de traerte claro está! –haciendo su mejor cara de arrepentimiento en un intento de convencerme mientras imitaba a Shakespeare desamparado, obvio, sin resultado; niego irónicamente decepcionado.

Él la enorme cantidad de veces que me juega este tipo de bromas pesadas, siempre me replica diciéndome "¡no es mi culpa si siempre caes de lleno!", luego se da cuenta que literalmente cada una de sus bromas terminaban conmigo exactamente cayéndome al suelo (la mayoría de veces casi de cara). Si, de ahí sale su mala relación con Tara. 

Doy vuelta los ojos al recordar esos momentos y, estando dispuesto a objetar como es mi costumbre, unos ruidos me cortan las palabras de la boca. Juntos observamos el lugar proveniente de ese crujir y nos acercamos a la ventana de mientras que dirigimos nuestra mirada hacia abajo.

–¿pero que?…–hay una soga improvisada hecha con mis sábanas, ajustada al barandal de mi cama y llegando justamente al suelo por un pelo. Estaba a punto de replicarle por impulso por arruinar mis únicas sábanas limpias pero Mortis me tapa la boca con su mano para que ahogue el grito a la vez que con la otra me hace un gesto de silencio soltando algunas risitas, por poco se me olvida que hay invitados abajo.

–esta es tu triunfal salida y entrada a tu cuarto –dice y saca su mano de mi boca para pasarme mi mochila de campamento, que uso usualmente en las vacaciones familiares, las cuales no me gustan mucho y por eso la dejo de lado la mayoría de veces–, y aquí tienes tus cosas para tu salida. Lo sé, lo sé, luego me agradeces –me guiña con total orgullo de sí mismo como si en realidad su plan fuera increíblemente bueno. Vuelvo a ver hacia abajo por la ventana y noto que ha usado como dos o tres sábanas que había terminado de guardar para formar la soga.

–¿estás completamente seguro de que has hecho bien los nudos y todo? No lo digo porque esté dudando… solo es curiosidad claro… –cuestionó mientras que lo miro con total duda y sostengo la mochila en mis hombros, ya puesta– y esta mochila es muy pesada tío ¿tú crees que pueda sostener mi peso? Digo, no tengo muchas ganas de morir hoy ¿sabes?

–¡ni te preocupes! Lo he pensado en todo, solo intenta no quedarte mucho tiempo en la pijamada, porque ya sabes… se van a dar cuenta –asegura de una manera positiva para subirme el ánimo, solo me limito a exhalar pesadamente de angustia e intento sentarme en el límite de mi ventana para empezar la bajada– recuerda no ver abajo, no creo que te guste mucho –y ríe en tono cómico como si el hecho de que me cayera de esta altura no terminaría con una llamada al hospital.

Casi siempre resultaba, no muy gravemente herido pero sí con lastimaduras que en cierto grado eran importantes, por decirlo de alguna forma. En resumen, al dormir mucho tengo las defensas bajas ya que mi cuerpo no logra producir la vitamina D que otorga el sol y, al tener las defensas bajas cualquier enfermedad o herida que tenga, mi cuerpo va a sufrir más de lo que un cuerpo normal soportaría y, caer desde esta altura, no me gustaría en lo más mínimo. Y si, me obligaron a ir al médico.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Starry Sky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora