Cuatro

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Los labios se movían voraces intentando dominar, un duelo de lenguas y gemidos ahogados inundaba la habitación; en algún momento la ropa había volado y sus pieles chocaban expuestas.

La voz de Reki sobresalía del golpeteo constante, Langa inducido por las feromonas y la luna llena había entrado en celo y su parte animal había tomado el control desde hace mucho; aunque no es que fuera algo malo, al contrario, se sentía más autónomo y directo al momento de perder la vergüenza y dejarse llevar por la calentura del momento.

— Lo haces bien — Reki gimió suavemente sintiendo todo su interior lleno, el celo había matado su pena, en ese momento solo podía pensar en saciar la llama del deseo y complacer al contrario por lo que era el motivo del cual el pelirrojo yacía montando intrépidamente a un sonrojado Langa.

— Reki... — el de cabellos color cielo llamó demandante antes de abrir su boca y morder la terminación de su cuello e inicio de su hombro; era la quinta mordida en esa zona y solo parecía prender más a Reki ya que se dejaba morder y aumentaba la velocidad de sus movimientos hasta que el mayor descargará todo su esperma en el interior del más bajo y este se corriera manchando ambos abdomenes en el proceso.

— Langa~ — El cambiaformas de Pomerania sollozo de placer, le encantaba sentir su interior ser llenado, esa era la tercera vez que lo hacían, pero aun no se sentía satisfecho y sabia perfectamente que Langa tampoco.

Moviendo su mano suavemente acaricio con lentitud los cabellos celestes del canadiense y sonrio de manera boba, acomodó los cabellos que caían en su frente para luego inclinarse y besar sus labios lentamente. Reki quiso moverse pero se detuvo en seco antes de alejarse de los labios ajenos y sollozar.

— Duele — lloriqueo el pelirrojo, miro hacia abajo — Tu pene se expandió dentro de mi — murmuró con ojos llorosos — Langa, duele, — sollozo.

— Perdón — Langa se inclinó suavemente y comenzó a besar el rostro de Reki de manera suave, sabia que había anudado e  su interior por lo que estarían atorados un rato; lo que no sabía es que le dolería tanto al pelirrojo — Perdoname, perdón  Reki — el lobo de Langa estaba inquieto, detestaba ver al contrario llorar, pero no podía hacer nada en ese momento.

— Estoy bien — Reki sonrio levemente  luego de un rato — Quizás por ser mi primera vez duele tanto — reflexionó  con las mejillas rojas.

El corazón de Langa comenzó a latir con fuerza, teniendo cuidado acomodo al pelirrojo contra su pecho y se acostó lentamente para tener una mejor posición para ambos. Reki por el contrario apoyo su mejilla contra el pecho ajeno  mientras hipaba un poco manteniéndose fielmente aferrando al más alto.

— Me gustas — Langa cubrió ambos cuerpos con una manta para luego acariciar los cabellos a la vez que repartía caricias por su espalda.

Reki ya con los ojos cerrándos había caído dormido por lo que no escucho lo que Langa mencionó anteriormente, el de cabellos celeste agradeció sonrojado por lo que había declarado.
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Abrió los ojos lentamente soltando un suspiro, se sintió más  pesado del torso por lo que volteó a ver, encontrándose con un arbusto de pelos rojos tan reconocibles pero a la vez alarmantes; al instante recordó como el lado animal los había poseído durante la noche y el desenlace que habían tenido, pero ahora quien estaba presente, era el, no su lado animal por lo que se llenó de vergüenza al recordar vivamente el encuentro intimo que tuvo con el menor; tanta fue la sorpresa que moviendo a Reki con cuidado de encima se levantó, aunque aquello solo fue para alarmarse aún más al ver la escena, Reki tenia marcas en todos lados y su cuello estaba morado a causa de las mordidas, su torso, caderas, muslos y piernas tenían uno que otro indicio de que había estado por esa zona y que lo había poseído infinidad de veces.
Llevándose las manos al cabello frustrado, apenado y nervioso, inconscientemente llevo su vista a aquel redondo y suave trasero que estaba expuesto al aire, tragó seco al ver algunas mordidas por su cadera, glúteos y muslos, hasta que noto algo que lo dejó  helado, fijándose en los fluidos con los que había llenado a Reki anteriormente y que ahora que salían de su interior se había mezclado con sangre, Reki estaba lastimado por su culpa. 

Langa completamente asustado decidió despertar a pelirrojo, el cual estaba tan desorbitado  como el en un principio, pero cuando el dolor se apoderó de su cuerpo no pudo hacer nada más que quedarse boca abajo ocultando su vergüenza, ya que también había sido presa del calor de su lado animal y no podía darle la cara a había considerado su amigo y terminó acostándose con el.

El de cabellos celestes al ver el estado en que se encontraba el menor, soltó un sollozo lastimero y luego de ponerse ropa interior corrió a donde estaba su madre. La mujer se asustó clamando por Oliver cuando su cachorro llegó presa del pánico a pedirle ayuda, el cuerpo del menor presentaba ligeros indicios de mordidas en los hombros pero su espalda arañada lo explicaba todo, la castaña casi se desmaya al unir las pistas de todo ese asunto; siguiendo a su hijo llegó al cuarto, casi se vuelve a desmayar cuando vio la escena de los hechos, ¡Una pata de la cama estaba rota! Y ni hablar del pobre chico que yacía avergonzado sobre la cama sin poder moverse.
Miro la cara afligida de su hijo y suspiró, no eran momentos para entrar en crisis, amarrando su cabello se acercó a Reki y haciendo uso de todo su profesionalismo, la castaña se puso manos a la obra para curar a al pelirro y calmar a su estresado cachorro, ya no tan cachorro.

– Creo que esta demás regañarlos, sabiendo lo que hicieron — La mayor miro tanto a su hijo como al pelirrojo con seriedad una vez había curado y vendando al amigo de su hijo, se había cersiorado  e hiper jurado a Langa que Reki estaba bien y mejoraría — Además de que Langa tiene el gen dominante, Reki, estoy casi segura que quedarás embarazado. — el ahora curado pelirrojo se tensó al escuchar las palabras de la mujer. — Entiendo que no quieras salir embarazado, siendo tan joven, pero en tus manos esta el decidir si quieres tomar la pastilla o no — miro a su hijo que claramente tenía un aura negra a su alrededor, sabía perfectamente cuán sobreprotectores eran los lobos con las crías y parejas embarazadas. — hablenlo y me dicen a que resolución  llegaron — Nanako se levantó de su asiento y se marchó fuera de la habitación, ella también debía procesar todo lo que había visto y también ver como arreglar la pata de la cama.

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⏰ Última actualización: Jun 03, 2021 ⏰

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