Las Cuatro y Diez

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Star vs las fuerzas del mal son propiedad intelectual registrada por Daron Nafcy y Disney Company, esta historia no tiene ningún fin comercial u otro más allá de entretener.

Las cuatro y diez es una canción compuesta por el cantante español Luis Eduardo Aute, en el año de 1973, todos sus derechos le pertenecen a sus familiares y/o quien posea el registro legal de los mismos.

Esta historia no tiene otro fin más allá de entretener.

LAS CUATRO Y DIAZ

El cielo se estaba nublando, era casi las 3 de la tarde, con una oscuridad prematura la lluvia cayó, poco a poco, se fue cerniendo sobre la ciudad, despacio y sin premura avanzaba un anciano, de varios años que cargaba tenía el paso ya bastante lento, se encontraba bastante arreglado, rondaba los 90 años, de varias aventuras que podría contar por cada cana en su cabello.

Las calles se encontraban llenas de varios personajes, humanos comunes, y grandes o descomunales monstruos, bueno, internamente el adjetivo descomunal no cabía en la oración. Había pasado mucho tiempo desde que se integraron las dimensiones, las de Mewni y la Tierra, el proceso de asimilación fue duro, pero se logró.

Con una sonrisa llevaba su paso, alto, de tez morena con una gran sonrisa, era un jueves que nadie le sacaría del calendario, ningún ser ni monstruo ni humano le impediría llegar, cerca de donde se encontraba el sitio tan antiguo que podría ser un vestigio del tiempo sin censurar, Britta's Tacos, modernizado por el tiempo, acabado por los años. Algo así era la vida en la nueva mezcla dimensional, un poco de ambos lados, lo mejor de todos, lo peor de todo.

Dejando de lado su pensamiento decidió guardar sus manos en la gabardina negra que usaba, debajo un traje elegante, cómodo, era alguien que había envejecido con gracia, como su padre Raphael antes que él, conservando su corazón como siempre, como su madre Angie antes que él.

En su camino fue sorprendido cuando le llamaron.

-Doctor Díaz - sonriendo se cruzaron en su camino.

La voz se le hacía conocida, al voltear se encontró con 3 ojos que lo miraban, una sonrisa que se escondía debajo de la bufanda y aquella ropa cálida, extendiendo su puño saludó.

-Doctor Marco Díaz, te ves muy viejo amigo - vio un puño extendido para saludarlo

Algo extrañado el aludido empezó a reír.

-Viejo no es la palabra que yo usaría Tom - le guiño el ojo - sólo que no envejezco en tiempo demonio - extendiendo su puño para chocarlo suavemente.

Tom Lucifor lucía un poco avejentado, claro que al ser un demonio había conservado mucha de su piel sin arrugarse, pero el cabello de su color tan peculiar mostraba varios cabellos con lo que podría humanamente denominarse "canas".

-El cabello es lo único que me hace ver viejo - soltó sin más sonriente

Tenía pocas arrugas, pero las tenía, eso hizo sentir mejor al castaño, al menos el padre tiempo pasaba para todos sin perdonar a nadie.

-Casarse con Janna también le suman años a la cuenta - comentó el latino sonriente

El demonio únicamente río recordando a su esposa, quien había pasado la vida molestando a Marco Díaz, su mejor amigo; sin embargo era temprano para ver al Doctor Díaz pasear por la zona, pero decidió caminar con él.

-Hablando de cosas que restan años - comentó Tom conversando - ¿Cómo va el trabajo? -

Tom se había dedicado a fomentar y defender a los demonios en las cortes, el colérico y poco ortodoxo demonio se había dedicado a derecho monstruil, era un defensor de derechos de varias comunidades monstruo - humano - demonio.

Las cuatro y díaz (Starco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora