Capítulo Uno: Pancakes

24 2 0
                                    

Joaquín lentamente se removió de las sabanas que lo cubrían y abrió los ojos suavemente, acostumbrándose así a la luz que iluminaba su cuarto. Miró a su costado en donde debería estar su alfa durmiendo como siempre, sin embargo el omega estaba solo en la habitación.

—¿cuánto dormí?- se preguntó Joaquín sobando lentamente sus ojos para quitar el sueño y bostezando.

Siempre era el quien se levantaba primero que Emilio para hacer el desayuno y además, por eso a Joaquín le extraño que su alfa se haya levantado temprano… a no ser que haya sido él quien solo se despertó tarde.
Joaquín alcanza su celular, el cual estaba en la mesa de noche al lado de su cama para ver la hora.

- No me jodas, son las siete de la mañana, Emilio nunca se levanta a las siete de la mañana por su propia voluntad en sus vacaciones – y levantándose de su cama, estirándose y sin molestarse en colocarse sus zapatos, se dispuso a buscar a su alfa, quien estaba en algún lugar de la casa, no sin antes entrar al baño.

Recorrió el pasillo pero decidió pasar primero por la habitación de Santiago, y su único hijos de tras años de edad que en unos meses cumplía años.

-debe estar con Emilio -aseguró luego de observar la habitación de su cachorro sin su cachorro dentro.

Lentamente descendió por las escaleras hacia el primer piso, disfrutando los fríos escalones en cada bajada. Estaban a fines de la estación de verano, sin embargo el calor parecía más insoportable cada día.

Cuando tocó el último escalón, Joaquín se deleitó con el olor a pancakes recién hechos inundando por toda la sala. El olor era extremadamente delicioso que Joaquín se preguntó el? Cómo no puedo olerlo desde la habitación.

Pasando la sala de estar y siguiendo el olor que provenía de la cocina, Joaquín logró visualizar a Santiago, quien estaba en pijama y al costado de su padre comiendo animadamente algunos pequeños trozos de pancakes le estaba dando.

-buenos días, familia – dijo el omega mientras con los brazos cruzados se apoyaba en la entrada de la cocina.
El alfa dirigió rápidamente la mirada hacia donde provenía la voz de su omega formando una sonrisa, mientras que su cachorro corría para abrazar la pierna de su mamá, aferrándose a su pantalón de pijama y deseándole buenos días.

-¡mami mami, papá hizo panke!- Santiago le mostró a Joaquín un trozo de pancake, incitándole a probar.

-pancake, Santi, se llaman pancakes – le recordó Emilio, quien también estaba en pijama, volviendo su mirada hacia la sartén y colocando el último pancake en un plato antes de que se quemará.

-también puedes llamarlos panqueques – dijo Joaquín mientras recibía el trozo de pancake que su hijo le estaba tendiendo y lo probó.

A Emilio se le daba bien hacer pancakes, a diferencia de Joaquín que por alguna extraña razón, los terminaba quemando y eso solo le pasaba con los pancakes, así que no se sorprendió al notar el delicioso sabor que tenía el trozo de pancake.

-panqueques… panke suena mejor y más bonito mami- dijo Santiago mirando a Joaquín mientras seguía abrazando a su pierna. Joaquín Río y se puso a la altura de su hijo agachándose, haciendo que su hijo desenganchara sus manitas de su pierna.

-entonces, ¿te gustó el panke que tu padre preparo, cariño? – coloco una mano en el cachete de su cachorro y con la otra sacó rastros de masa cruda de su pequeño mentón, haciendo evidente que su hijo también había probado la masa del pancake.

-¡si! Estaba rico, papá me dijo que podía ponerle miel a mis pankees si recogía mis juguetes después de jugar de ahora en adelante, ¿verdad, papá? – Santiago giro su pequeña cabeza castaña hacia dirección de Emilio esperando su aprobación.

Wait For me, Alpha (Adaptación Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora