Magic |Twilight (Clan Vulturi)

cinco

Aclaración: En esta historia Didime sólo fue la mejor amiga de Marcus no su compañera.

Estrella Pov.

-Mia regina, yo soy Aro, ¿me permites?- me dijo un tipo re guapo mientras extendía su mano hacia mi

Hiba a aceptar pero el gruñido de mi novio y de un rubio bien guapo me detuvo.

¿Qué carajos está pasando aquí?  

-No te atrevas a tocar a mi novia paliducho- le dijo mi novio a Aro mientras retaba con la mirada al lindo rubio que ya estaba más cerca de donde estaba yo junto a Derek y Aro

-¿Con que tu novia chucho? ¡Tonterías! Ella es mi compañera- dijo el tipo rubio mientras miraba a Derek con odio y viceversa

-Querrás decir querido hermano, mi compañera- le dijo Aro al rubio con una sonrisa falsa mientras apretaba sus manos en puños

-Querrán decir la compañera de la mayoría del clan Vulturi, incluyéndonos e incluyendo al lobo- hablo un hombre bastante alto, con el cabello algo largo y castaño y una mirada de ¿anhelo? hacia mi persona

Bien, esto se está volviendo como que costumbre, pero no me quejo.

Mi novio gruño molesto y me tomo de la cintura para abrazarme posesivamente mientras miraba con mala cara a los tres reyes vampiros, que hacían lo mismo que Derek, gruñían con molestia hacia el.

-Me permites hermano- le dijo Aro al hombre guapo que no dejaba de mirarme

-Si- dijo simplemente dándole su mano y Aro pareció entrar en un pequeño trance para luego soltar la mano del otro hombre y mirar con molestia mal fingida a mi novio y algunos otros vampiros que estaban en el lugar muy atentos a lo que sucedía

-Bien, al parecer habrá que compartir- dijo Aro con una mueca de desagrado y una sonrisa falsa mirando a la mayoría de los presentes

Yo ya estaba más perdida que cuando voy de compras junto a Alice y las tiendas parecen laberintos, así que decidí preguntar.

-Perdón pero yo no entendí, ¿Qué van a compartir?- les dije y pude ver un pequeño brillo en sus ojos pero al rubio no le duró mucho por que rápidamente cambio su expresión a una enojada

-Yo no te compartiré, eres mía y punto- dijo el acercándose en mi dirección mientras se escucharon gruñidos por todo el lugar, en especial de Derek

-La verdad es que no, yo no soy ni tuya ni de na.. bueno también soy de mi mamá y mis abuelos- dije mientras me ponía a pensar

El rubio guapo estaba por hablar pero yo me gire en dirección a mi novio mientras lo veía preocupada y algo alarmada.

-Derek, ¡mis abuelos! Demonios la abuela me matará si se entera de que estoy en Volterra y no fui a visitarla, ¡tenemos que ir!- le dije mientras tomaba su brazo y trataba de tirar de el, algo literalmente imposible

-¿Y ver al viejo cascarrabias de tu abuelo? ¡Ni loco!- me respondió el con una mirada que no supe descifrar

-No me hagas enojar Derek Manuel del río- le dije mientras lo apuntaba con un dedo

-Ese no es mi nombre brillitos- me dijo viéndome raro

-¡Y a mi que me importa! Te callas y vas conmigo, no se discute más- le dije pero al intentar irme me tropecé con mi zapato roto y casi caigo de no ser por que una rubia divina me tomo rápidamente de la cintura y soltó un ¿ronroneo? Al momento en el que me sujete de ella

-Oh, que torpe, gracias rubia- le dije mientras hacia un movimiento con mis manos y le sonreía avergonzada pero ella ni cuenta se dio por que seguía ronroneando y mirándome como si fuera una diosa

-Hermana suéltala- le dijo a la rubia linda un chico castaño parecido a la recién nombrada

¡Y obvio si son hermanos mujer! Me regañe a mi misma en mi mente, abeces puedo llegar a ser algo despistada.

-No- dijo la rubia en un gruñido hacia el que al parecer es su hermano

Entonces sin que nadie se lo esperará, mi novio me tomo como recién casados y con una de sus habilidades de demonio nos "transportó" lejos del castillo de esos vampiros guapos de ojos rojos.

-Derek, ¿en donde estamos?- le dije cuando me logré soltar de su agarre

-Sabía que en algún momento iba a pasar, brillitos por favor, sólo, sólo no me dejes- me dijo con los ojos llorosos y un tono suplicante

-Oye cariño tranquilo, tu sabes que yo te amo y nunca te dejaría, ¿por que carajos dices eso?- le dije algo enojada

Yo jamás lo dejaría, el es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida y lo amo, no se como puede pensar que lo dejaría.

-Seguro te estarás preguntando el por qué esos vampiros se comportaron así ¿no?- me dijo el con la mirada baja

Yo sólo pude asentir y mirarlo preocupada.

-Bueno, ellos, ellos son tus compañeros, una vez te expliqué lo que eso significaba y creo que ahora, como tienes más de cinco de ellos, tu, tu te olvidaras de mi- dijo susurrando lo último y lo único que pude hacer en ese momento fue tomar una piedra que había por hay para luego tarársela en la cabeza sabiendo que no le haría ningún daño

-¿Tu enserio escuchas lo que dices? ¿Yo olvidarme de ti? Tu si que no puedes ser más idiota por que no tienes tiempo, haber si esto te entra en esa cabeza que tienes, te amo, eres una de las personas más importantes para mi, fuiste no sólo mi primer amor sino que fuiste quien me enseñó que es toda esta cosa del amor, y ahora me vienes con que yo me voy a olvidar de ti, yo de verdad que no entiendo que tienes en la cabeza por que..- comencé a hablar mientras daba vueltas hasta que sentí los suaves labios de Derek sobre los míos callando todas mis palabras

-Lo siento brillitos, me puse histérico y creí que no seria suficiente en  contra de esos vampiruchos y..- empezó a hablar muy nervioso mientras me sujetaba la cintura y con su mano libre acariciaba mi mejilla

-Por Dios, Derek Moon diciendo esto, de verdad que no me lo puedo creer, monstruo, te amo y siempre lo haré que te quedé muy en claro- le dije segura de mis palabras y el sonrió con esa sonrisa de lado que tanto amo para luego volver a besarme pero esta vez no era tierno, era posesivo pero con mucho amor

-Te amo y te amaré para siempre brillitos, pero tu también eres mi compañera, mía, y no voy a dejarte jamás- me dijo como si fuera una promesa y yo sólo pude sonreír con ternura hacia el

-No lo hagas monstruo, no me dejes jamás- le dije yo para luego volver a juntar sus labios con los míos dejando sellada aquella promesa