"¡señor no hemos encontrado nada aún!" gritó un hombre buscando entre los escombros algún indicio de donde podría haber ido el prometido de su señor.
Varios hombres buscaban desde hace 3 días, ellos sabían que no encontrarían nada, pero su señor se veía tan desesperado, negando la verdad de los hechos, diciendo que ese omega estaba vivo y que podía haber dejado algún indicio de haberse ido, pero incluso había una tumba del joven omega, incluso su señor mandó a exhumar su tumba, solo encontrando las dichosas cenizas en el ataúd, pero el se negó a creerlo aún viéndolo.
Su señor no había dormido en los últimos días y su aspecto se veía muy mal.
El sirviente de nombre Jonathan sólo suspiró, y entendió, si el estuviera en lugar de su señor tampoco lo creería.
Al ver negativas de los hombres, el propio duque comenzó a buscar el mismo.
"¡siento nuestro lazo aún palpitar dentro de mí! ¡Es imposible que hayas muerto!" se escuchaba al señor decir, cosa que hizo que los sirvientes se sintieran mal por el.
"¡todo es culpa de mi maldita familia! Si no me hubiesen llevado tu y yo...
El duque no completó lo que iba a decir y apretó los dientes y rugió con dolor al cielo.Se puso ambas manos en su rostro demacrado y comenzó a gritar aún más tomando sus cabellos con rabia
"¡porque no llegué antes! ¡Maldición!"Arrodillado en el barro agachando su cabeza directo al suelo, se veía tan débil en esa posición, solo se escuchaban lamentos por parte de su señor. Jonathan nunca lo había visto así, tan débil, tan arrepentido y tan triste, había servido a su señor desde que el duque fue llevado al norte.
El fuerte, dominante y arrogante alfa se estaba derrumbando.
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El mercado estaba lleno de gente, había demasiado, todos estaban murmurando sobre el matrimonio del duque Di Blanch con el hijo del marqués. Habría un baile de compromiso realizado por la casa del marqués Mureau para presentar a los futuros esposos.
Después de un mes de hundirse en la tristeza, el duque por fin aceptó el compromiso con el falso Marie, aunque despreciaba a ese omega de clase baja, su mente le jugaba malas pasadas y en cortos momentos veía a Marie reflejado en ese extraño.
Por otra parte Jean había despertado muy temprano.
Lo primero que hizo fue buscar algo de comida, pues casi no había comido el día anterior.
Decidió ir al mercado.
Donnie al verlo se sorprendió y dijo "Jean, pensé que ya no vendrías ya que es un poco tarde ¿y tus cosas? ¿Que vas a vender?"
"hoy solo vine a comprar algo de comida, supongo que ya no vendré a comerciar, han pasado unas cosas"
"es una pena, pero dime ¿que te ofrezco? Tengo frutas, también carne seca entre otras cosas, ya sabes"
Solo comprando algunos trozos de carne, pan y verduras regresó al pequeño lugar que rentaba.
Ese día que se quemó todo lo que poseía, al día siguiente buscó a su hermano, el sospechaba de Dominique sobre lo que le había pasado, pero cuando fue solo encontró la nada. Los vecinos decían que un gran carruaje se lo había llevado y que se casaría con un noble de clase alta.
Sospechó que su padre pudo haber mandado a traer a Dominique, para que sus dudas se aclararan, fue a esa mansión que ahora se le hacía tan extraña, y con sólo ver a través del barandal, sus dudas fueron respondidas.
Vio a su tan distinguido hermanito llevar su ropa y sus accesorios montando a su yegua blanca que le había regalado un admirador secreto cuando era niño, recordaba esa yegua como un potrillo, nunca pensó que su padre aún conservaría al animal, pensó que tal vez era el hecho que ese caballo era de buen origen.Suspirando y aliviado de que su carga no lo moleste más, se fue tranquilamente aunque se sentía extraño en su corazón.
Al volver a casa y terminando su comida, volvió a salir con una caja de bolero.
Este mes es lo único que pudo conseguir, seguir boleando zapatos de gente rica, ahora ya no interesaba como lo mirara la gente y si era un omega marcado y abandonado, solo le importaba llenar su estómago, tomar un buen baño y dormir bajo un techo.Se puso como de costumbre en la acera de una concurrida cafetería, donde venían la mayoría de alfas nobles, pero después de unas horas fue echado por un sirviente del establecimiento.
Sabiendo lo que pasaría, fue a la acera del siguiente establecimiento, al que concurrían damas nobles y omegas de clase alta con sus esposos o amantes, se trataba de una joyería muy famosa.Era muy fácil conseguir al final del día a lo mucho dos monedas de plata, que era algo bueno.
Pero luego de unas horas vio a una persona muy familiar entrar con un hombre alto al lugar.
Se trataba de su hermano, pero eso no le importaba, lo que le importaba era el hombre que estaba a su lado, era imposible para Jean olvidarlo, aunque ahora era un adulto, era su alfa.Su corazón se sentía abatido, los observó por el ventanal de la joyería, su hermano era todo sonrisas y ambos estaban escogiendo anillos de compromiso.
¿Así que el volvió y no lo buscó a él?
¿Porque?Se sentía tan tonto por esperarlo por años y ver que en realidad estaba con su hermano a sus espaldas.
Así que el era el famoso hombre noble con el que se casaría Dominique.
Con su puño en su pecho, sintiendo que le faltaba el aire en sus pulmones, sus lágrimas saliendo, sintiéndose estúpido.
Recogió sus cosas y pensó que era suficiente de trabajar, y se fue sin perder el tiempo a su casa.
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Siguiendo A La Bestia
Mystery / ThrillerSu identidad a sido tomada por su hermano. Pero el no dejará que también tome a lo único que siempre a sido suyo. Su alfa.