SALIR TENÍA SUS BENEFICIOS, como por ejemplo disfrutar del primer soplo de aire impactar en tu cara refrescándote. Inspiré alto sosteniendo la manga de mi cartera que se sostenía en mi hombro derecho, una de cuero vinotinto de tamaño mediano para meter lo necesario e ir al trabajo. Laborar de lunes a viernes era cansador, pero lo dejaba pasar al tener el fin de semana libre, trabajar en una tienda de boutique cuando tu gerente se encarga de decirte que no tienes ni una pizca de moda era tan irónico que reía. Porque Ingrid-mi jefa-, era la encargada de recordarme aquello haciendo mis días un infierno. Algunas veces decía que su esposo no le daba las buenas noches como era debido y por eso despertaba de mal humor pagándola con las únicas empleadas en la boutique.
Y tampoco era que amaba mucho trabajar allí. En la atención al cliente era un verdadero asco. Entonces, mi día a día era ver entrar a los clientes y hacer un intento nulo de conversar con ellos para atenderlos en sus necesidades, gracias a Dios-si es que aquel se apiada de mi desgraciada vida y por eso me ayuda en el trabajo-, tenía a una compañera en la cual entendía mi dificultad para entablar con las personas. Ella se acercaba primero a hablar con el cliente, yo llamaba esta técnica como: Atraer al cliente con falacias baratas para luego hacérmelo llegar a mí para sacarle el billete. Las dos nos ayudamos a pesar que el pago sea por comisiones.
En fin, Maggie era la única que valía la pena en esa boutique. Y no porque me ayudara en la táctica de tener por lo menos dinero para mi estómago, pagar el alquiler y la sanguijuela de mis citas terapéuticas, era porque entendía mi silencio y cuando no quería hablar, podría estar a mi lado pero no le incomodaba el silencio que nos envolvía, era tranquila y paciente. Que sea callada la hace un amor de persona, para mí por supuesto.
La campanilla sonó avisando mi llegada, la boutique era pequeña al estilo muy mininalista y sencilla.
Me recibió una no muy grata cara de Ingrid acomodando la montura de sus lentes y viendo meticulosamente la ropa que traía el día de hoy. Al parecer la camisa de cuello alto color verde militar con la chaqueta y pantalón de mezclilla no le agradaba del todo, como también los zapatos que traía, porque agrandó sus ojos al bajar la mirada a mis pies, las botas militares negras estarán descartadas por el bien de mi gerente. No dijo nada y prosiguió revisando el dinero de la caja registradora quizás, porque seguí de largo dejando mi cartera detrás de la mesa del mostrador sin prestarle mucha atención. La campanilla volvió a sonar, creía que sería el primer cliente del día, pero el caso fue otro cuando Maggie entró caminando hasta el mostrador para guardar también su morral, la había observado todo ese momento y ella lo notó, porque al deshacerse de su morral me miró sonriendo de labios cerrados.
Le devolví el gesto por pura cortesía y nos quedamos detrás del mostrador por la falta de clientela por ahora.
— Iré a la oficina—anunció Ingrid. Era común verla acomodarse la montura de sus lentes, lo hizo de nuevo al vernos—. Cualquier cosa no duden en llamarme—. Sus ojos recayeron en Maggie para después hacerlo conmigo, luego procedió a irse dando una vuelta. Cuando no se vio más su silueta al perderse atrás de la puerta escuché como un suspiro cansino escapó de los labios de mi acompañante.
Por mi parte, coloqué mis codos sobre la mesa del mostrador y apoyé mi mano sobre la barbilla, un gesto que era de aburrimiento tan temprano en la mañana.
Otra vez el ruido de la campanilla.
Y me equivoqué.
EL primer cliente entró y no podía hacerse esperar. Aquí es cuando la acción comenzaba, sonreí abiertamente que hasta juré que mis comisuras temblaban dando mi mejor cara. La desgana de mostrarme alegre era tan cansador. Todo me cansaba y hubo un momento que aquello me molestaba, después no sentía nada en absoluto.
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Fluctuat nec mergitur || bucky barnes
FanfictionProverbio latín: Fluctuat nec mergitur Significa: Es sacudido por las olas pero no se hunde. «Y sus ojos eran el mar tempestuoso en plena tormenta, pero a su misma vez un cerúleo balsámico. Era el explosivo de la catarsis y un catalizador exponencia...