Amnesia Capitulo 3

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Sakura se acurrucó en la cama, con el teléfono entre el hombro y la oreja. Había llamado a su tía en cuanto había subido a la habitación. Y, como siempre, la voz de Izumi le había hecho sentirse mejor.

—En serio, Izumi, no podrías creer lo maravilloso que es este lugar.

Izumi Haruno era su tía favorita y se llevaban tan pocos años que, más que como a una tía, la veía como a una hermana mayor.

—Está lleno de posibilidades, aunque ahora mismo tiene un aspecto un tanto anticuado.

— ¿Con cabeza de ciervo encima de la chimenea incluida?

—Bueno, no es para tanto, pero casi.

—Suena maravilloso.

Sakura podía imaginarse perfectamente la imagen que su tía se estaba haciendo del hostal. Probablemente se lo imaginaba como un lugar aislado y casi en ruinas. Y aunque el hostal estuviera en mal estado, tampoco parecía que fuera a derrumbarse.

—Eso lo dices porque piensas como una escritora de novelas de misterio, y no como una posible huésped.

—Lo siento, querida, es la fuerza de la costumbre.

Se hizo un momentáneo silencio. Sakura pudo advertir cómo cambiaba el tono de voz de su tía cuando Izumi continuó diciendo:

—Supongo que por culpa de mi condición de escritora de novelas de misterio soy incapaz de aceptar la muerte de mi madre —suspiró.

—Izumi... —comenzó a decir Sakura con inmenso cariño.

—Lo sé, lo sé. Vas a decirme que tengo que aceptarlo, pero no puedo. Necesito alguna prueba, Sakura. Algo con lo que cerrar el último capítulo. Ahora mismo tengo la sensación de que esto es una especie de final en el que cada capítulo termina con la palabra «continuará».

Sakura sabía que no tenía sentido discutir con Izumi. A su manera, era tan tenaz como lo había sido Tsunade. Aquel era un rasgo que Sakura tenía en común con ellas.

— ¿Y el detective al que contrataste ha averiguado algo?

—Itachi está haciendo todo lo que puede, pero no es suficiente. Además, al final se ha visto envuelto en muchas otras investigaciones y está buscando pruebas para demostrar la inocencia de Obito. Sé que él no mató a Tayuya y pronto lo demostraremos. Y en cuanto esto acabe, volveremos a ocuparnos de la muerte de Tsunade. Todavía no me he dado por vencida —Izumi cambió rápidamente de tema, señal inequívoca de que no quería seguir hablando ni de Itachi ni de su madre—. Y parece que tú también vas a estar muy ocupada. Mi madre nunca me habló de ese hostal.

Sakura bajó la mirada hacia la colcha sobre la que estaba sentada. Aunque era bonita, había conocido tiempos mejores.

—No me extraña —contestó riendo—. Si fuera propietaria de un lugar como este tampoco lo divulgaría demasiado.

—Pero estás decidida a cambiarlo —dijo Izumi.

Sakura se enderezó en la cama, como si se estuviera preparando para la batalla que tenía por delante.

—En cuanto pueda contar con la colaboración de Sasuke, el vaquero.

— ¿Qué es...?

Sakura comprendió que había olvidado aquel pequeño detalle cuando le había hablado a su tía del hostal.

—El otro propietario.

—Espera un momento. Yo pensaba que el hostal era de un matrimonio apellidado Uchiha.

—Lo era, pero se jubilaron y le cedieron la propiedad a su hijo adoptivo —bufó burlona—. Supongo que no les importaba mucho lo que pudiera ocurrirle al hostal.

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