CAPITULO 1: PROMESA A LA LUNA

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La noche esta espesa por la niebla y entre ella iba caminando un hombre sombrío con la tez rugosa y encorvado el cuerpo que hacía de alarde sus magníficos atributos, camina a lo largo y ancho de la calle cuando de repente encuentra una silla en un parque. No podía creer la soledad en la que estaba, se le hizo muy tarde para llegar a su casa – pensó -.

Estaba anonadado y triste por lo que le había sucedido. Quería llorar y gritar físicamente, pero un nudo se le atoro en su garganta, mientras salían sus lágrimas involuntariamente a flote de sus hermosos ojos azules en donde yacía su sufrimiento. A pesar de que su puro sentimiento se reflejaba a lo lejos, por la mala suerte que ha tenido últimamente. Profundamente rompió en llanto, inexplicable quería soltar su furia, su desesperación, su traición... quería desgarrar todo su sufrimiento de una vez y para siempre, quería olvidar la escena de haber visto a su mujer que tanto ha amado declarando su amor a otro hombre, mientras él estaba ahí sentado a su lado esperando ser visto por ella; pero, que nunca se dio cuenta de lo que verdaderamente sentía. En tan solo un minuto, quería deshacer ese momento tan trivial y pensar que solo eran amigos; quería desechar la idea de que la amaba, de recordar sus ojos verdes como esmeraldas, su cabello rosado y su hermoso y esbelto cuerpo.

Se tiró al suelo en posición fetal, gritaba tan fuerte para sacar todo lo que sentía, lo que no sabía era que había alguien allí, lo estaba escuchando, detrás de un árbol había una preciosa mujer era esbelta, con senos grandes y cabello azulado, y sus ojos color lavanda llenos de lágrimas. Solo lo observaba desde lejos y sentía que su dolor era como el de ella. El chico se quedó ahí casi que dormido en medio de la niebla agarrando fuertemente sus piernas bajo la luz de la luna que estaba tan hermosa que no podía describirla pero le reflejaba sus desordenados cabellos rubios. Gritaba en medio de ella rogándole y prometiéndole que no quería estar solo que si hubiera alguien para él que lo amara el estaría dispuesto a olvidar a Sakura de su vida y amarla a ella para siempre.

En ese instante, Hinata no podía seguir viendo esa escena tan desastrosa, solo quería correr y levantarlo, abrazarlo y decirle lo mucho que ella lo amaba desde el principio en la universidad. Pero, su timidez no le permitía tal cosa. Entonces la preciosa mujer de cabello azulado se armó de valor, se limpió las lágrimas de sus ojos y se fue tras él.

Naruto, estaba tirado en el piso como mareado, ya no sentía sus piernas, no podía ni ponerse en pie, cuando ella se puso en frente con sus hermosos ojos color perla que parecía dos lunas, eran tan hermosos que podía mirar su ternura en ellos; el sonido de dulce voz era como si arrullara su triste corazón y le diera calma; en esos instantes, sintió paz. Hinata le decía que le diera su mano, que se levantara, que ya todo había pasado. El rubio se desenrolló de sus piernas, se sintió con fuerzas para levantarse y luego tomo su mano como si su vida dependiera de ello, al tocar sus manos sintieron un cliché, mientras se perdían en sus miradas, tanto así que Naruto ya no recordaba porque lloraba.


ES MI PRIMERA VEZ QUE ESCRIBO HISTORIAS ESPERO QUE LES GUSTE...

PROMESA A LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora