CAPITULO 19: FINAL

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Todos volvieron al castillo en Konoha cada cual iba en su caballo con sus mujeres cargadas; el único que iba solo era Konohamaru, pues Hiashi no permitió que llevara a su Hija Hanabi. Los demás iban felices con sus mujeres hasta que llegaron al castillo... el amor transpiraba ese lugar, y no fue la excepción de Ino y Sai que no habían podido amarse como se debería.

Al llegar a Konoha, Sai e Ino fueron los primeros en llegar al castillo; tan pronto llegaron, Ino halo a Sai y lo metió en una de las habitaciones lejanas del castillo. De todo se esperaba menos de que era un baño, es decir, un lujoso baño, con una tina grande llena de pétalos de rosas adornado de rosas y pluma de pavo real; era grande, espacioso y hermoso... el ambiente era perfecto.

Ino al ver donde estaban, comenzó a quitarse la ropa, primero se quitó su vestido, seguido de su sostén, los zapatos (para ello lentamente se agacho detrás de el para que Sai observara su retaguardia), pero, no se quitó las diminutas bragas. Sai tragaba entero, como si le faltara la respiración, su corazón latía rápidamente, mientras veía a esa preciosa belleza que tenía en frente... su cabello dorado caía en su espalda y sus azules ojos lo miraban con lujuria. Dios que tenía esa mujer que lo volvía loco. El desespero por tenerla cercase hacia cada vez más intenso. Sin dudarlo un segundo más, se acercó a ella y la abrazó. Su cálido aliento la estremeció y un fugaz – apasionado beso los transformó a ambos. Se separaron a falta de oxígeno. Sai es un hermoso pintor y se quitó su camisa y zapatos dejándolo semidesnudo frente a ella. Se separó de ella y fue a parar a uno de los floreros y cogió una pluma de pavo real que había dentro de ellos y le dijo a Ino: "quiero dibujarte..." Ino asintió.

En el suelo del baño había una alfombra de leopardo, Sai la arrastro al centro del baño y acostó a Ino en ella. Sai se posicionó encima de uno de sus muslos, colocando su virilidad en uno de ellos... Ino al sentir la virilidad de Sai gimió fuerte mordiéndose el labio inferior... Sai comenzó con su juego los senos de Ino estaba erectos, listos para él. Sai por su parte comenzó a acariciar su rostro con la pluma... ella solo jadeaba... por donde recorría la pluma sentía a la vez lametones de Sai haciéndola estremecer. El seguía su recorrido por cuello, dejándole un chupón en él, siguió el recorrido por el valle de sus enormes y hermosos senos haciendo que ella arqueara la espalda cuando sintió como la pluma acariciaba sus pezones... se veían tan provocativos que Sai tuvo que meter su boca en ellos y mamarlos hasta saciarse. Este juego de seducción duro muchos minutos, el recorrido de la pluma por el abdomen de Ino fue excitante su coqueto ombligo jugueteaba junto con risitas al roce de la pluma y se arqueaba cuando la lengua de Sai dejaba su rastro caliente en él. Sai sentía que su miembro crecía cada vez más con cada gemido y jadeo de Ino, a menudo, observaba su rostro y aquello era la perdición para él. Sai llevo la pluma desde sus pies, pantorrillas y muslos y allí se detuvo... llevo sus labios descaradamente hasta su intimidad rozando con su lengua los pliegues mojados de Ino, succionando su clítoris y jugueteando con su lengua en él, mientras que dos de sus dedos los introduce dentro de sus paredes sintiendo su calor... ella se arquea y grita su nombre: "...Sai... Sa...i...". Para Sai es música para sus oídos, ella se estremece pidiendo más: "Sai... ya voy..."

Sai: "... Vente para mi... muñeca..."

Sai siguió su trabajo de manera sensual y tierna hasta que Ino se estremeció con un lujurioso grito y sintió sus dedos mojarse aún más, mientras su lengua saborea y bebe sus jugos...

Sai: "Ohhh... Ino... eres tan sexy..." dijo excitado

Ino se levanta del tapete y besa a Sai en sus labios porque noto que estaba aturdido por lo que acababa de hacer. Lo tomo de sus manos y lo levanto hasta llevarlo a la hermosa tina cubierta de pétalos de rosas. La retaguardia de Ino era más voluptuosa que de costumbre... Sai ya no podía esperar más... Ino se sumergió en la tina, mientras que Sai se sentó al borde ella observándola con un fuerte dolor en la entrepierna... Ino saco la cabeza justo en el medio de las piernas de Sai... se deleitó con la imagen de su virilidad y comenzó a masajear sus miembro con ambas manos... él comenzó a gruñir y gemir por las caricias de Ino... Ella sin dejar de masajear su miembro llevo la punta a su boca y comenzó el juego lametones de su virilidad, sacando de Sai gruñidos, gemidos y jadeos y gritando su nombre: "Ino... Ino..." eso era música para los oídos de Ino y tiernamente pero desesperante para Sai, comenzó a acelerar los masajes en su miembro hasta que Sai grito: "Ino... voy... a... Grrrr..." y descargo en su boca su semilla, mientras que ella la saboreaba amando su sabor. Ino lo soltó y se metió al agua. Sai la siguió jugando con ella y poniéndose duro de nuevo por su resbalosa y blanda carne que tocaba bajo el agua... los pechos de Ino flotaban y Sai no pudo soportarlo más... la agarro por la espalda y abrió sus piernas... la hizo sostenerse de la pared mientras la virilidad de Sai penetraba a Ino haciéndola estremecer... ambos gemían, gruñía y jadeaban con cada embestida que Sai le daba a Ino, hasta que acelero el movimiento de sus embestidas y llegar juntos al orgasmo... se besaron sonrientes y cansados dentro de la tina y luego salieron de ella felices y se acostaron en la alfombra de tigre que estaba en el suelo hasta que se quedaron dormidos.

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Los demás llegaron al momento y entraron al castillo. Naruto bajo de su caballo cargando a Hinata, llevándola entre sus brazos dándole la protección y el amor que se merece, besaba con una sonrisa su frente... estaba feliz. Los demás los seguían, las chicas estaban muy agotadas y algunas venían dormidas, incluso Toneri traía a Shion dormida, los sirvientes estaban en la entrada felices reverenciando al rey y a todos los que llegaron. El Tenseigan era llevado por los Hyugas a un sitio especial del castillo sellándolo para no utilizarlo jamás. Kurama y los zorritos corrían por todo el jardín buscando que comer... mientras que la servidumbre adecuaban los platitos de los zorritos para darles leche y pan, la ternura de los zorritos enternecieron a todos, en especial a Hinata y Naruto que observaban por la ventana... sonreían de verlos felices en su nuevo hogar, mientras Hinata le decía a Naruto: "Amor... Kurama es un nombre hermoso... pero los otros ¿cómo los llamaremos?..."

Naruto: "Es cierto... mi Hime... tú se los pondrá" dijo besando la frente de Hinata. "A propósito... mi cielo... ¿cómo esta nuestro hijo?..."

Hinata: "Boruto... su nombre es Boruto..."

Naruto: "Hermoso nombre... cierto Boruto... tu qué opinas... te gusta..." su mano puesta en el vientre Hinata... este se movía y ellos sentían a su hijo y sonreían de felicidad... no podía estar mejor... el amor siempre, y Naruto le agradecía a la luna lo feliz que estaba, mientras besaba a su futura esposa.

FIN

PROMESA A LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora