Parte Final

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Taehyung reaccionó cuando vió los colmillos del alfa hacerse presentes. Lo empujó con el codo en el cuello y cuando el otro se apartó para respirar, aprovechó para ponerse encima y someterlo.

-Omega -gimió el alfa de nuevo, dolido, con ¿Miedo?

-No soy tu omega, no puedo ser tu omega.

Jungkook en un semi estado de humanidad e instinto primitivo, lo miró con la frente arrugada.

-Omega -repitió con voz suave, como una súplica.

-¡No! -exclamó Taehyung con exasperación, presionando con la rodilla el abdomen trabajado de Jungkook y sosteniendole ambas manos por encima de la cabeza- ¿No lo ves? No puedo ser tu omega, ni siquiera soy un omega. Soy el factor más insignificante de una sociedad que se rige por instintos. No soy nada, ni siquiera suficiente.

He ahí la última pieza del rompecabezas que era Kim Taehyung.

Cuando Taehyung tenía quince años conoció a su primer amor, el problema casi siempre viene en letras chiquitas, y es que todos sabemos que el primer amor usualmente tiende a ser decepcionante.

Pero en ese momento el beta no lo sabía y ahí estaba, enamorándose de un castaño de pómulos y mentón marcado, un alfa bien parecido.

Sería muy cliché decir que se enamoró de alguien popular, pero así la cosa, todo se dividía de esa forma, los alfas siempre tenían el mejor rango en cualquier parte. Él era básicamente invisible, era un beta, ¿Que podía esperar?

Ya había llamado la atención de muchos por su notable atractivo, pero nada más allá de eso. Además, solía rechazar las invitaciones para ir a fiestas o a tomar algo que le habían hecho otros.

No obstante, apareció aquel alfa y como muchos, no pudo evitar enamorarse de él. Estaba de suerte cuando el alfa puso los ojos en él, un simple beta, que todos sabían eran el factor menos importante en sociedad. Alfas y omegas siempre estaban juntos, pero los betas no podían darse ese lujo, eran simples personas comunes y corrientes.

El chico era atento y protector, muy caballeroso para la idea que Taehyung tenía acerca de los alfas, no sabía si él era la excepción a la regla o simplemente los había juzgado mal a todos.

Se lanzó sin pensar hacía el supuesto amor del alfa, en caída libre y sin paracaídas. Obviamente y como era de esperarse, nada pudo evitar el impacto que lo dejó hecho polvo y con el corazón siendo apenas un recuerdo hermoso de lo marchito que quedó.

Se había entregado a él en cuerpo y alma, le dió todo de si, incluyendo su virginidad. Que si bien creía que esto era una construcción social que no te determina como persona, quería que solo le perteneciera a alguien de quién pudiera tener un bonito recuerdo a pesar de que el tiempo se encargará de alejarlo. Sin embargo, lo hizo con quién solo aplastó sus sueños e ideales.

Se entregó a alguien que solo lo quería por eso, que lo veía como un objeto y que veía el sexo como una simple transacción.

"No eres nada, Kim Taehyung, no vales nada. ¿Quien querría estar con un beta? Solo alguien igual de insignificante que tú. Eres muy bonito, lastima que no seas un omega. Una cara bonita no te sirve para más, solo eres un trofeo. Un trofeo que yo tuve y que en realidad no me importa perder."

Así fue como lo decidió, si no tenía el valor suficiente, entonces ¿Qué importaba si vivía su vida al límite? Amaba la adrenalina porque no tenía miedo de sentirla, no tenía miedo de lo que pudiera pasar, porque en realidad si algo le pasaba solo era un trofeo insignificante. Un beta. Nada.

Y así como el sexo para aquel alfa fue una simple transacción, él lo volvió eso mismo, acostándose con quién se le cruzará. Al final, nadie lo querría para nada más que eso.

Se mi beta || twoshot || KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora