Prólogo.

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Miré mi nuevo apartamento con orgullo, casi podía asegurar que mis ojos brillaban como nunca por la emoción. Ahorré dinero durante tanto tiempo para esto, y como si fuera poco mi académica favorita me había contactado para trabajar con ellos, todo estaba yendo bien y estoy seguro que mis padres están mirándome felices desde arriba. Me apoyé en la baranda del balcón mirando atentamente hacia el cielo.

—Lo estoy haciendo bien, papá. Al fin estoy cumpliendo mi sueño, mamá. —

Una lagrima que probablemente bajó por mi mejilla tratando de pasar desapercibida cayó entre mis dedos, alertándome que inconscientemente había comenzando a llorar.

Volví a la sala que solo tenía una alfombra gris al medio, aún no desempacaba todo y el lugar parecía más grande de lo que en realidad era. Decidí tomarme un descanso para respirar, salí y caminé unas cuantas cuadras hacia mi empleo soñado, me hacía ilusión ver ese gran edificio donde iba a trabajar en tan solo unos días más.

Mis planes fueron interrumpidos al divisar a lo lejos una cafetería bastante llamativa por el diseño que esta tenía. Cuando me fui acercando, el verde de las hojas que colgaban por casi todo el lugar se hacía más presente, era realmente idílico. Abrí mis ojos de par en par al escuchar la campanilla que sonaba al abrir la puerta, habían bastantes mesas pero no muchos clientes.

—Que extraño, en un lugar tan lindo tan poca gente... —salió de mis labios inconscientemente cuando sentí una voz ronca que respondía.

—El lugar no es muy conocido ya que somos nuevos aquí. —un chico de cabellos castaños y desordenados, bastante alto me sonrió amistosamente formando un rectángulo con sus belfos—Veo que es tu primera vez aquí, puedes tomar asiento en esta mesa, en un minuto te traigo una lista de lo que servimos. —

Se alejó sin dejar que le diera una respuesta, me senté en el lugar que me indicó, al principio me sorprendió el chico, pero su voz me tranquilizó bastante, no era muy común para mi socializar con la gente sin que fuera por trabajo o situaciones especiales, siempre fui bastante retraído. Tomé mi teléfono para guardar la ubicación, estaba seguro de que se volvería un lugar recurrente cuando quisiera relajarme.

Me distraje mirando los pequeños detalles de las paredes, varias de estas tenían partes con madera que parecía muy antigua, otras tenían enredaderas puestas específicamente para que no quedaran por encima de las mesas, supuse que esto era para que no cayera nada dentro de la comida o bebida de los clientes.

Una fuerte presión en el pecho hizo que mirara hacia el área donde recibían las órdenes. Unos pequeños ojos miraban en mi dirección dándome una vibra increíblemente intensa, su cabello negro azabache se levantó levemente por el paso rápido en el que escapaba cuando nuestras vistas se encontraron.

Quedé completamente helado por la situación ¿Qué había pasado hace un momento? ¿Mirar a alguien de esa manera era normal? sí, el chico era lindo, pero la sensación de peligro inminente que me generó ese segundo en el que mis ojos se encontraron con los suyos, sobrepasó cualquier pensamiento de atracción física.

—Mira, ve si te apetece algo y nos avisas para tomar tu orden. —llegó el castaño con una hoja plastificada y la dejó ahí para después emprender camino hacia otra mesa.

Tomé la hoja aún algo embobado, el agrio sabor que me dejó todo esto me hizo decidir sin pensarlo demasiado. Levanté mi mano casi al instante por lo que el chico que ya estaba yendo en otra dirección no me vio. En cambio, el más pálido salió rápidamente de su lugar con una libreta y un lápiz en mano.

—Veo que decidió rápido y como mi jefe no lo vio, yo tomaré su orden ¿Qué desea? —se paró al lado de mi mesa visiblemente intrigado.

No dije nada por estar sumido en mis pensamientos, juré que sería mucho más arisco, pero puede que solo haya sido su amenazante mirar.

—¿Está bien? —preguntó preocupado al verme ausente.

—Sí, perdón. Quiero los Waffles con helado de almendras, por favor. —dije a un ritmo lento

—Claro, ahora se lo traigo. —

Volvió al lugar de donde vino a un paso rápido, quizás había sido solo mi imaginación aquella escena de tanta tensión, es bastante amigable sin considerar su imagen, otro ejemplo de que no hay que juzgar a un libro por su portada.

...

Luego de unos minutos trajo mi plato con lo que pedí y se alejó nuevamente, no le tomé mucha importancia a lo que dijo, estaba ansioso por probar el postre. Me quedé unas cuantas horas en el local pensando en mi nueva vida, después pedí la cuenta a uno de los meseros que estaba cerca, me levanté con sutileza y me retiré de ahí.

Mientras iba de camino a casa miré como el cielo cambiaba de colores por el hermoso atardecer.

—¿Fue mi imaginación? —susurré

Juré escuchar otros pasos aparte de los míos.

RED (JIMIN POV) |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora