Un día. [HarukaxMichiru]

Por la noche...

La de cabellos esmeralda se encontraba recostada leyendo, solo la luz de su lámpara de noche estaba encendida. La rubia estaba apoyada en la pared bebiendo algo de agua.

-¿No dormirás aún, Michiru? -Preguntó con curiosidad.

-Aún es temprano, terminaré esta página y lo haré, y tú, Haruka? Qué haces ahí? Te ves muy pensativa -Dijo alargando un poco la última vocal.

-Hmm -Dijo con desagrado- Últimamente no hemos podido hacer muchas cosas por nuestras "misiones".

-Oh, vamos Haruka -Cerró su libro- Las cosas ya están más relajadas ahora

-Ja. ¿La calma antes de la tormenta? -Dijo con una pequeña risa inconforme-

-No lo veas así, míralo como una oportunidad para tomar un descanso.

-Que optimista, extraño, generalmente soy yo. ¿Y bien? ¿Qué harás mañana?

-Ami me invitó a nadar con ella, pero no será mucho tiempo, tiene que ver a las chicas más tarde.

-Que lindo debe ser seguir siendo joven. -Rió.

-Sonaste como toda una anciana. -Michiru rio de vuelta.

-¿Tu crees? -Dijo con una sonrisa aún presente.

-¿Y qué tú qué harás mañana, Haruka?

-Podría ir un rato y manejar mi auto de acrreras como lo hacía antes de estar tan ocupada, más tarde podría irte a recoger, saludar a las chicas e irnos nosotras a una elegante cena.

-Eso suena bien, ¿harás algo extravagante?

-Me conoces muy bien Michiru. ¿Qué te parece ir en helicóptero?

-Eso pensé que dirías, vayamos a dormir ya -Apartó su libro y lo colocó en su mesa de noche, mientras Haruka se sentaba en la cama, Michiru volteo a verla, la rubia le robó un beso y la de cabellos esmeraldas correspondió...

La ventana se encontraba algo abierta, seguía siendo de noche y una brisa refrescante entraba por ella, haciendo que las cortinas se movieran con ligereza.

Haruka había dormido bien pero aún así despertó muy temprano, miraba al techo con su cabeza apoyada en uno de sus brazos mientras que en el otro estaba recargada Michiru, ella seguía dormida y envuelta en las sabanas.

La rubia estaba muy agusto, con el amor de su vida durmiendo sobre ella y sintiendo el aire frío de la noche, no estaba preocupada porque Michiru tuviese frío, después de todo a ella no le molestaba y estaba bien abrigada.

Por fin volvió a dormir.