HISTORIAS DE ALGUNOS CASOS

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  SERÁ de gran ayuda en este punto, citar algunos ejemplos específicos de la aplicación exitosa de esta ley. Les daré historias de casos reales. En cada uno de estos, el problema es claramente definido y se describe completamente la manera en que se utilizó la imaginación para obtener el estado de conciencia requerido. En cada una de estas instancias, el autor de este libro estuvo involucrado personalmente o le fueron contados los hechos por la persona involucrada.

Caso 1

Esta es una historia de la cual cada detalle me es personalmente familiar.
En la primavera de 1943, un soldado recientemente reclutado fue instalado en un gran campo militar en Luisiana. Él estaba intensamente deseoso de salir del ejército, pero solo de manera totalmente honorable.
La única manera de hacer esto era aplicar para ser liberado. La aplicación requería de la aprobación de su comandante oficial para que sea efectiva. Basado en reglamentos militares, la decisión de su comandante oficial era final y no podía ser apelada. El soldado, siguiendo todo procedimiento necesario, aplicó para ser liberado.
En el término de cuatro horas, la aplicación fue devuelta – marcada como “desaprobada”. Convencido de que no podría apelar la decisión a ninguna otra autoridad más alta, militar o civil, él se tornó hacia su propia conciencia, determinado a depender de la ley de asunción.
El soldado se dio cuenta que esta conciencia era la única realidad, que su estado particular de conciencia determinaría los eventos a los que se enfrentaría.
Esa noche, en el intervalo entre meterse en la cama y caer dormido, él se concentró en utilizar la ley de asunción conscientemente. En la imaginación, se sintió dentro de su departamento en la Ciudad de Nueva York. Visualizó su departamento, es decir, en el ojo de su mente el realmente vio su propio departamento, mentalmente imaginando cada una de las habitaciones que le eran familiares con sus muebles vívidamente reales.
Con esta imagen claramente visualizada, y recostado sobre su espalda, se relajó por completo físicamente. De esta manera, el indujo un estado próximo al sueño, al mismo tiempo que mantenía el control de la dirección de su atención. Cuando su cuerpo quedó completamente inmovilizado, el asumió que estaba en su propia habitación y se sintió acostado en su propia cama – un sentimiento totalmente diferente al de estar recostado en un catre militar.
En imaginación, él se levantó de la cama, caminó de habitación en habitación, tocando varios de sus muebles. Luego fue a la ventana y con sus manos apoyadas en la repisa, miró hacia afuera a la calle que enfrentaba a su departamento. Todo esto era tan vívido en su imaginación que él vio cada detalle del pavimento, de las rejas, los árboles, y el familiar ladrillo rojo del edificio de enfrente. Luego volvió a su cama y sintió como se quedaba dormido.
Él sabía que lo más importante para que tenga éxito el uso de esta ley, era que cuando esté a punto de quedarse dormido, su conciencia debía estar llena con la asunción de que él ya era lo que quería ser.
Todo lo que hizo en la imaginación fue basado en la asunción de que el ya no estaba en el ejército.
Noche tras noche, el soldado representaba este drama. Noche tras noche, en la imaginación, él se sintió honorablemente liberado, ya en su hogar, viendo todo lo familiar a su alrededor, y quedando dormido en su propia cama. Esto continuó por ocho noches.
Por ocho días, su experiencia objetiva continuaba siendo directamente opuesta a su experiencia subjetiva en la conciencia cada noche, antes de irse a dormir. Al noveno día, vinieron órdenes del cuartel general para que el soldado llene una nueva solicitud para ser liberado.
Poco tiempo después de esto, él fue ordenado a reportarse en la oficina del Coronel. Durante la discusión, el Coronel le preguntó si todavía estaba deseoso de salirse del ejército.
Al recibir una respuesta afirmativa, el Coronel dijo que él personalmente estaba en desacuerdo, y que aunque tenía una fuerte objeción en aprobar una solicitud de liberación, había decidido ignorar estas objeciones y aprobarla. Y en unas pocas horas, la aplicación fue aprobada y el soldado, ahora un civil, estaba en un tren destino a casa.

El poder de la conciencia  Neville Goddard Donde viven las historias. Descúbrelo ahora