ACTITUD

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EXPERIMENTOS RECIENTES conducidos por Merle Lawrence (de la Universidad Princeton) y Adelbert Ames (de la Universidad Darmouth) en el laboratorio de psicología en Hanover, N.H., probaron que lo que ves cuando observas algo, no depende tanto de lo que haya allí, sino de la asunción que haces cuando observas.
Ya que lo que creemos que es “real” en el mundo físico, es solo un mundo “asumible”, no sorprende que estos experimentos prueben que lo que parecería ser una sólida realidad, es en realidad el resultado de “expectaciones” o “asunciones”.
Tus asunciones determinan no solo lo que ves, sino que también lo que haces, porque gobiernan todos tus movimientos conscientes e inconscientes dirigidos hacia el cumplimiento de éstas.
Hace más de un siglo, esta verdad fue declarada por Emerson así:
Así como el mundo era plástico y fluido en las manos de Dios, así también son sus atributos en gran manera cuando los usamos. Para la ignorancia y el pecado, esto es inflexible. Éstos se adaptan a sí mismos como pueden, pero en proporción a la divinidad que haya en el hombre, el firmamento fluirá delante de él y tomará su sello y forma.
Tu asunción es la mano de Dios moldando el firmamento a la imagen de lo que tú asumes.
La asunción del deseo cumplido es la marea alta que te levanta fácilmente de la barra de los sentidos donde habías estado tanto tiempo estancado.
Levanta la mente en profecía, en el completo sentido de la palabra; y si tienes esa imaginación controlada y atención absorbente que es posible de obtener, estate seguro que todo lo que tu asunción implique sucederá.
Cuando William Blake escribió, “Lo que parece ser, es, para aquellos a los que parece que es, Él tan solo repetía la verdad eterna,” 15  No hay nada inmundo en sí mismo;
Pero para el que estima que algo es inmundo, Para él, lo es.
Romanos 14:14 Porque no hay nada inmundo en sí mismo (o puro en sí mismo), deberías asumir lo mejor y solo pensar en aquello que es amable y en todo lo que es de buen nombre [Filipenses 4:8].
No es de mucha inteligencia, más bien de ignorancia sobre esta ley de asunción, si interpretas de la grandeza de los hombres, una pequeñez que quizás te sea familiar – o de una situación o circunstancia, una convicción desfavorable. Tu relación particular hacia otro influye tu asunción respecto al otro y te hace ver en él aquello que tú ves. Si puedes cambiar tu opinión del otro, entonces lo que ahora crees sobre él no puede ser absolutamente verdad, sino que es relativamente verdad. La siguiente es una historia actual ilustrando como la ley de asunción funciona:
Un día, una diseñadora de ropa me describía las dificultades de trabajar con un prominente productor de teatro. Ella estaba convencida que él la criticaba injustamente y le rechazaba su mejor trabajo, y que continuamente era agresivo e injusto con ella.
Le dije que el poder de esta ley de asunción y su aplicación práctica, solo podía ser descubierto a través de la experiencia, y que solo asumiendo que la situación ya era como ella quería, podría probar que ella podía traer el cambio deseado.
El empleador, con su comportamiento, tan solo estaba dando testimonio sobre el concepto que ella tenía de él.
Le sugerí que era probable que ella estuviera manteniendo conversaciones con él en su mente que estaban llenas de críticas y recriminaciones.
No había duda de que ella estaba peleándose mentalmente con el productor, ya que los otros solo hacen eco de lo que les susurramos en secreto.
Le pregunté si no era cierto que ella conversaba con él mentalmente, y si así era, cómo eran esas conversaciones. Me confesó que cada mañana camino al teatro, ella le decía todo lo que pensaba de él de una manera que jamás se hubiese atrevido a decírselo en persona. La intensidad y fuerza de sus discusiones mentales con él automáticamente establecieron su comportamiento hacia ella.
Ella empezó a darse cuenta que todos mantenemos conversaciones mentales, pero, lamentablemente, en la mayoría de las ocasiones, estas conversaciones son argumentativas… Que tan solo con mirar al peatón en la calle probamos esta aserción… que tanta gente está mentalmente absorta en conversaciones y muy pocos aparentan estar feliz al respecto, pero la misma intensidad de sus  sentimientos los lleva rápidamente a la situación desagradable que ellos mismos han creado mentalmente y por lo tanto ahora deben enfrentar.
Cuando ella se dio cuenta de lo que estaba haciendo, aceptó cambiar su actitud y vivir esta ley fielmente al asumir que su trabajo era altamente satisfactorio y que su relación con el productor era una muy agradable. Para hacer esto, ella tuvo que aceptar que, antes de irse a dormir por la noche, en su camino al trabajo, y en otros intervalos durante el día, tendría que imaginar que él la felicitaba por sus fantásticos diseños y que ella, en respuesta, le agradecía a él por sus halagos y amabilidad.
Para su gran sorpresa, ella pronto descubrió por si sola que su propia actitud era la causa de todo lo que le sucedía.
El comportamiento de su empleador milagrosamente se revertió. Su actitud, haciendo eco como siempre lo ha hecho, de aquello que ella asumía, ahora reflejaba el cambio de concepto que ella tuvo sobre él.
Lo que ella hizo fue por el poder de su imaginación.
Su asunción persistente influenció el comportamiento de él y determinó su actitud hacia con ella.
Con el pasaporte del deseo en las alas de una imaginación controlada, ella viajó hacia el futuro de su propia predeterminada experiencia.
Por lo tanto vemos que no son hechos sino aquello que creamos en la imaginación lo que da forma a nuestras vidas, ya que la mayoría de los conflictos del día son resultados de un poco de imaginación para sacar la viga de nuestro propio ojo.
Es el de mente exacta y literal el que vive en un mundo ficticio.
Así como a esta diseñadora, que por su imaginación controlada comenzó un cambio sutil en la mente de su empleador, así nosotros, por el control de nuestra propia imaginación y sentimiento dirigido sabiamente, podemos resolver nuestros problemas.
Por la intensidad de su imaginación y sentimiento, la diseñadora echó una especie de encantamiento en la mente del productor, e hizo que pensara que sus halagos generosos originaban de él.
Muy seguido, nuestros pensamientos más elaborados y originales son determinados por otros.
Nunca estaremos seguros de que no fue alguna mujer pisando en el lagar, quien comenzó el sutil cambio en la mente de los hombres, o que la pasión no comenzó en la mente de algún niño pastor, iluminando sus ojos por un momento antes de correr sobre su camino.

William Butler Yeats

El poder de la conciencia  Neville Goddard Donde viven las historias. Descúbrelo ahora