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Minho miró al techo de su habitación, las luces estaban apagadas y sólo podía concentrarse en el sonido de su respiración, los sábados por la noche no eran nada especial para las personas sin amigos, y Minho no contaba con ellos

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Minho miró al techo de su habitación, las luces estaban apagadas y sólo podía concentrarse en el sonido de su respiración, los sábados por la noche no eran nada especial para las personas sin amigos, y Minho no contaba con ellos. Lo único cercano a un amigo era su vecino JeongIn, pero él solo tenía trece años.
Se sentía como un cardigan viejo que habían olvidado bajo una cama y que nadie recordaba, porque así se sentía, olvidado.

Minho estaba apunto de cumplir dieciocho y sus padres lo cuidaban como a alguien de quince, tenía clases en casa y solo salía en familia. Cuando Minho pidió permiso para ir al cumpleaños del hijo de su profesora, que tenía su edad, sus padres simplemente lo ignoraron y le dijeron que no tenía permiso.

"Ya tengo diecisiete, en unos días es mi cumpleaños número dieciocho, ¿Por qué no puedo ser un adolescente normal?" Preguntó Minho a sus padres.

"Eres muy joven y no sabes nada" Respondió su padre.

Suspiró y miró el papel que la profesora Seo le había dado, tenía la dirección de la casa. Miró la hora en su celular que marcaba las doce y punto, y Minho sintió que por primera vez en su vida debía hacer algo por su cuenta, así que se levantó de su cama. Cambió su pantalón de pijama por un Jean y un hoodie negro, tomó un cepillo para su cabello que era negro también. Lo peinó como pudo, no tenía un gran sentido del estilo y él lo sabía, pero sabía que no podía ponerse algo ridículo para una fiesta. Miró a través de la ventana de su cuarto, estaba en un segundo piso y trató de idear un plan para bajar sin quebrarse un brazo.

El árbol más cercano estaba a casi dos metros de su ventana, tomó aire profundamente dándose ánimos para saltar y eso hizo, deslizó las hojas de cristal que cubrían su ventana y se paró en el borde. Sus piernas eran largas, con un poco de esfuerzo podría llegar, así que cerró sus ojos y se lanzó en dirección al árbol aferrándose con sus manos a lo primero que tocaron. Lamentablemente una rama más pequeña rozo el costado de su nariz, muy cerca de su ojo, Minho gimió de dolor, seguramente estaba sangrando.
Trató de ignorar eso, ya estaba sobre el árbol y sólo debía bajarse.

Bajó por las ramas hasta que estuvo en una altura decente para saltar y lo hizo, cayó en el piso bastante mejor de lo que se imaginaba y apenas se había tambaleado al apoyarse en el suelo. Sonrió triunfante y corrió para alejarse de su casa lo más rápido posible.
Sacó la dirección del bolsillo de su hoddie y se sintió tranquilo de que la fiesta quedara a menos de veinte cuadras de su casa, así que comenzó a caminar algo miedoso de que pudieran asaltarle. Caminó mientras veía Google Maps, pudo escuchar la música varias cuadras antes así que guardó su teléfono nuevamente y caminó con más tranquilidad hasta la vereda de la casa.

Había mucha gente fuera y dentro, debía encontrar al hijo de su profesora y decirle de él, para que no pensará que no había sido invitado. Aunque no creía que todas esas personas hubiesen sido invitadas tampoco.
Se adentró lentamente a la casa y un chico castaño se le acercó, seguramente lo vio algo desorientado.

- Hola, ¿Estás buscando a alguien? - Era un chico más bajito, tenía una cara hermosa y unos labios rosados. Minho se sintió intimidado ante su hegemónico rostro.

- Uhm, estoy buscando a Seo ChangBin, soy Lee Minho - El chico sonrío.

- ¡Oh, Minho! Soy Changbin, mi mamá dijo que quizás vendrías, es un gusto - Minho suspiró aliviado y le devolvió la sonrisa - Por cierto, ¿Qué te ocurrió en el rostro?

- Me caí antes de venir - dijo con simpleza - Y feliz cumpleaños - Felicitó.

- Gracias, vamos a la cocina, te daré algo de beber y una servilleta para tu cara - Changbin lo tomó de la mano para guiarlo.

- Y-yo no bebo - Apenas pudo decir.

- Ya sé, mi madre me lo dijo, pero tranquilo, yo tampoco bebo - Minho suspiró tranquilo, no quería ser un bicho raro. Llegaron a la cocina y habían personas dentro, un chico de cabellos rubios largos y otro de cabello rojo, el otro se acercó a ellos con una sonrisa.

- Binnie, ¿Dónde estabas? - El peli rojo se le acercó a Changbin - Y, hola - Le saludó.

- Estaba yendo a recibir gente y me encontré a Minho - Le señaló - Ellos son Hyunjin y Bang Chan, mi novio - Parecía orgulloso, bueno, el chico era muy lindo, Changbin tomó papel de cocina y Minho lo pasó por su herida para limpiar cualquier rastro de sangre. Probablemente le quedaría una cicatriz.

- Un gusto, parece que te gustan las peleas - Dijo el rubio, Hyunjin, haciendo que Minho riera levemente.

- Un gusto Minho, los amigos de Binnie también son mis amigos - Bang Chan le dió la mano y Minho le correspondió el saludo.

- Un gusto también - Dijo algo nervioso, era raro interactuar con gente de su edad.

- ¿Qué vas a beber? - Pregunto Hyunjin abriendo una bebida.

- ¿Te gusta la Coca Cola? - Preguntó Changbin y Minho asintió - Pásanos dos latas, Jin - El chico asintió y las paso por la isla que había en medio de la cocina, Changbin tomó ambas y le dio una.

- Gracias - Minho abrió la lata y bebió un sorbo, realmente estaba exhausto por su travesía del árbol así que una coca cola fría le venía muy bien.

- Min, iremos a bailar - Avisó Changbin - Eres libre de recorrer la casa como gustes.

- Está bien - Minho fue a la sala mientras miraba a su alrededor, había luces de colores dando vueltas y mucha gente bailando, la pista de baile era el comedor pero la mesa y las silla estaban en un lado apartadas del medio para que hubiera más lugar.
Todo era muy ruidoso pero no había gente drogada o drogándose como en las películas, un par estaban ebrios pero solo la minoría, quizás todavía era muy temprano.
Miró nuevamente la hora, la una de la mañana.

"Está bien, tengo hasta las cinco de la mañana, mi papá despierta a las cinco y media para ir al trabajo" Pensó y siguió bebiendo de la lata.

"Está bien, tengo hasta las cinco de la mañana, mi papá despierta a las cinco y media para ir al trabajo" Pensó y siguió bebiendo de la lata

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