CRISTALIZADA (Meliodas y Sakura)

CAP 27

Narra Autora:
La aldea siendo reparada por los aldeanos y los caballeros sacros si necesitan de nuestra ayuda solo avísenos dijo Howser intentando animar a los pobladores asiendo que ellos solo sonrieran y Griamore solo le apoyo en la idea de su compañero.

- En un lugar de algún bosque -
De que te ríes vamos hacer sacrificio de demonios dijo desesperado un aldeano encerrado juntos a otros 6 más en una carreta rodeados de demonios pájaros pero es la verdad vamos a morir jaja la sonrisa de ese hombre no parecía tranquilizar a los aldeanos encerrados como el, pero un golpe hizo salir de su trance vieron que un demonio cayó al suelo y encima de aquel cuerpo se encontró a un niño rubio sonriendo sosteniendo su arma bien capitán son todos los demonios ... Vamos salgan ya no hay peligro viendo a un joven de cabello puntiagudo con una cicatriz en el cuello y cara a dónde los llevaban menciono Meliodas mirando a los aldeanos no sabemos pero lo que si podremos decirles que caímos en unas trampas por un pueblo cercano nada más el aldeano solo dijo lo que conocía viendo cómo ambos héroes que los rescataron solo se fueran a una dirección contraria .

- con Ban y Meliodas -
Capitán porque tu poder ya no es como antes ? Preguntó Ban
No lo sé ban pero lo que se es que me sentí tan bien cuando destruí a Fraudin en aquel entonces gané una fuerte reprimenda por parte de Sakura intentado cambiar la conversación el pelirubio. Ya veo bueno ya salvamos a esos aldeanos creo que se medita una celebración sonrió feliz Ban creo que tienes razón continuo Meliodas el dragón.

Narra Sakura:
Estuve volando por lo menos 5 horas lo eh encontrado hablé empeze a bajar y en el momento que los pies tocaron la tierra empeze a caminar llegando a un lugar de 15 metros amplios bien solo quiero saber qué más tiene mi maldita maldición caminé 10 pasos hasta llegar al centro de este amplio lugar hechizo el recuerdo de las mil memorias cuando termine de hablar apareció como una especie de campo ilusorio me observaba yo misma en aquella esfera oscura a mi lado Meliodas y la diosa cuando el rey demonio iba a empezar a hablar cayó justo donde yo estaba un rayo de energía oscura , salte a tiempo evitando el ataque que causó daño donde yo estaba agarre el mango de mi espada pero el problema era que maldición donde rayos está mi espada intentado buscarla con mi mano mientras volvía a bajar a tierra es esto lo que buscas ? Mire adelante y eran ellos los mandamientos, y un joven de cabello negro tenía mi espada devuélveme la no quiero matarte le amenaza creo que me pase ya que solo lo Vi a el pero error el mío aparecieron las sombras como unas 4 sombras más tranquila te la pienso devolver cuando integres nuestro grupo Sakura eres parte de nosotros y hoy es el momento si te pasa de este tiempo límite quedarás otra vez encerrada eso quieres ~ me lo dijo una sombra solo saque un gruñido de mis labios me unirse a ustedes si es lo que quieren pero también quiero saber qué más datos ocultos tiene mi maldición les ofrecí y ala vez les adverti bien por nosotros normal, pero antes que nada quiero ver tu marca de mandamiento si no es molestia menciono la copia de Meliodas dure solo tres segundos calmada si eres un mandamiento debes tener una marca que te representa mire aquella voz era una chica de cabello naranja claro sabía cómo se llamaba Diederi de la pureza, empeze a liberar un poco mi magia (la imagen del capítulo) mi marca de Byakugo no In empezó a brillar como nunca antes Dandome una marca en mi rostro así que no me mentian diciéndome que tu marca al igual que tú mandamiento son únicos ... Un día pelearia quiero saber qué hace tu mandamiento ... Bien ahora bienvenida de regreso Sakura el mandamiento de la melancolía dijo Zeldris ya lo conocía cuando su hermano Estarrosa mató a Meliodas
Bueno. Hay que volver a Camelot andando todos empezamos a volar al tener mi marca de mandamiento también descubrí que con la marca activada puedo tener alas de demonio y ahora ya comienza mi batalla deje de ser el octavo pecado original ahora soy Sakura el mandamiento de la melancolía susurré para mí misma