***One Shot***

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Desde el momento en que lo vi, supe que nada volvería a ser lo mismo. Su cabello, su mirada, sus facciones, su sonrisa de medio lado, su voz, su porte... fueron tantas cosas... todo lo concerniente a él, me atrapaba y me guiaba en su dirección, a ese joven rebelde de cabellos castaños y ojos zafiros que me miraban intensa y penetrantemente.

Seria mentir que no me causaba un dolor en el vientre sus intensas miradas, que no me recorría una extraña sensación de estremecimiento, que no sentía la humedad empapar mi zona intima, con el simple hecho de escuchar su voz. Esa voz fuerte y varonil, intensa y profunda, esa voz que me encantaba con cada nota; con cada potente vibración, haciéndome estremecer la piel y rendirme ante ella.

Todos mis sueños comenzaron a cambiar, fue como si algo hubiera poseído mi mente y la hubiera hecho sucia y retorcida y de una u otra forma, él, siempre estaba presente en ellos... Las cosas que hacíamos eran irreales, llenas de pasión, deseo, lujuria... pero había algo mas, algo que las profundidades de sus ojos zafiro no me dejaba notar con claridad... Estas cosas nunca las había experimentado y ni siquiera me había atrevido a imaginar pero últimamente, estos sueños donde me rendía a su posesión y me levantaba febril y sudorosa, me acechaban todas las noches y me ruborizaban durante el día cada vez que los recordaba.

Todo cambio esa noche... esa noche, como todas las noches me escabullí para ir a visitar a mis primos. Salte de rama en rama para así llegar a mi destino... ja! Si! Mi DESTINO... pero mi destino no era llegar donde mis primos sino que por esas jugarretas de la vida, fui a parar al cuarto de al lado.. Si, al cuarto de él! De mi tormento con ojos azules.... No se ni como pude desviar mi camino y acabar parada en su balcón. Nada tenia sentido, absolutamente nada.. estaba oscuro y parecía que nadie estaba ahí. Mire y busque pero no halle nada entonces la mas loca idea vino a mi mente y en vez de dar media vuelta y salir de ahí, avance, invadiendo su intimidad, penetrando en ese espacio que le pertenecía solo a él. Sintiendo mi corazón a mil, me deslice dentro y apenas entre sentí su esencia, su olor, ese delicioso aroma a lavanda que me estremecía y volvía loca, trate de adaptar mi vista a la oscuridad y poco a poco fui divisando las cosas ahí dentro. Vi su escritorio, su armario, la puerta de la habitación, la cama... me detuve un momento ahí... pase mis dedos por el cobertor, la pequeña porción de sabana que sobresalía, por la almohada... lo imagine recostado en ella, dormido, soñando los mismos sueños que yo... no me resistí y coji la suave tela y levante pegándola a mi rostro, absorbiendo el olor tan peculiar que solo él poseía; me deje llevar, sucumbí al sueño etéreo de estar entre sus brazos, eso brazos fuertes que deseo secretamente me envuelvan y me aprisionen, que me protejan y que no me dejen ir jamás... De pronto, el sonido de algo me petrificó... CANDICE?.., CANDICE?..., CANDICE?... esa voz... esa voz, que robaba mi cordura y mi razón, esa voz que me doblegaba y me hacia rendirme como la mas fiel sumisa ... CANDICE , pude sentir el aire al costado de mi oreja, rosando mi piel, estremeciéndome... temblando, saque fuerzas y voltee, a solo 3 centímetros de mi estaba él... vi esos tormentosos ojos zafiros estudiándome, clavando su mirada en mi, recorriéndome el rostro,

¿Qué haces aquí? —preguntó sin mostrar mas que un atisbo de... entusiasmo?...

Yo... yo... —No supe que responder. No tenia ni idea de que iba a decirle, como explicar, como decirle que ni siquiera yo lo sabia, como decirle que estaba pasándome si ni yo comprendía.

¿Acaso estas espiándome? —preguntó dándome esa sonrisa de medio lado que me hacia hervir la sangre, mirándome de arriba abajo, en un escrutinio corporal total, deteniéndose un momento mas largo en mis labios...

Yo... me he equivocado.. lo siento —intente correr hacia el balcón, pero él fue mas rápido que yo y me aprisiono entre sus brazos, dejándome sentir su cuerpo esbelto, sus músculos firmes, su... prominente masculinidad ansiosa... no supe como reaccionar, tenia el cuerpo paralizado, nuevamente me embriago su aroma, ese aroma a lavanda y el propio que emanaba de él, del hombre en el que se estaba convirtiendo, ese aroma que me transportaba a otro plano.

Entre sus BrazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora