━━ ❛ 𝗕𝗮𝗱 𝗕𝗼𝘆 ❜ ❪+18❫ ➥FBIxONU

━━━ 𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐎

— ¿Que ganas con molestarme? — cuestionó molesto, en su tono se notaba a lenguas lo ofendido que se encontraba como si no fuera suficiente con mostrarlo en su mirara afilada, estaba cruzado de brazos mientras en su mano diestra reposaba un humeante cigarrillo electrónico, estaba recostado desinteresadamente en el escritorio más grande de la Oficina, con cada cosa perfectamente ordenada en su lugar correspondiente, solo tenía su completa atención en una sola cosa, o mejor dicho, en una persona en específico. No estaba molesto, o no completamente. Solo que tampoco había sido bendecido con una basta paciencia. Y más cuando era sacado de quicio por nadien más que por un niñato caprichoso hormonal de preparatoria, siendo descaradamente objeto de burla para el contrario, que no hacia otra cosa que échale leña al fuego, ya que esa es la única razón por la que lo hace, para molestarlo.

— Me entretiene — contestó con una tranquilidad realmente desquiciante, apretó la mandíbula junto con sus manos volviendolas puños destruyendo el cigarro volviéndolo añicos, desvio su mirada afilada hacia otra parte intentando recolectar toda la jodida paciencia para no estrangularlo. Respiro hondo entrecerrando sus ojos y regresó su mirada directamente a los ojos del mocoso que ahora solo lo observaba con sorná y burla, no se dejaría pisotear por un niñito con complejo de Dios.

Le dejaría saber que dos pueden jugar su juego.

—— Conozco diversas cosas que te pueden entretener, FBI ——— habló paciente mientras llevaba el despedazado cigarro a sus abultados labios y le daba una profunda calada reteniendo brevemente el humo en sus pulmones para después expulsarlo de su sistema, término de estrujar el ya gastado cigarro para colocarlo en el elegante cenicero que estaba a un lado del costoso y excéntrico escritorio, regresando su mirada ahora al desubicado muchacho que ahora solo procesaba sus palabras antes dichas, cosa que solo lo hizo sonreír lascivo mirándolo ahora de forma pícara.

—— L-Le sorprendería de como fácilmente malinterpreté sus palabras, señor ONU —— habló intentando mantener su tono de voz firme y desinteresada para ocultar el hecho de que la penetrante y profunda mirada del mayor lo estaba haciendo sentir nervioso. Ya no demostraba ni un rasgo de molestia, solo una sospechosa sonrisa ladina haciendo que un escalofrío le recorra toda la columna vertebral al momento de haber acabado su frase.

La organizacion soltó una pequeña risa sonando más que todo sarcástica mirando de manera distraída a los lados cayendo directamente a los ojos grisáceos del menor que ahora sólo lo miraban con genuina atención, paseo de manera tentativa su mano empezando por su cadera en donde vaciló por un momento subiendo por su marcada cintura que se notaba a través de su transparente camisón blanco, subió más hasta acabar en el segundo botón de su camisa en donde empezó a juguetear solo para acabar con la paciencia del otro que no había desviado su mirada de las del mayor durante todo ese trayecto.

— Yo en verdad no soporto a los mocosos que creen que por tener un ego y orgullo más grandes que su pene tendrán todo lo que ellos quieran. — habló en completa sinceridad rodando los ojos en señal de cansancio y soltando un suspiro fastidiado, toda su vida se había dedicado a las reglas y seguido las órdenes de sus superiores, se había dado cuenta que del orgullo y el prejuicio vivia el hombre pero que sin duda eran consumidos por un ego tóxico que no hacia nada más que destruirse a sí mismos. Conoce las diversas formas de acabar con ese orgullo adolescente, sabe cómo manipular mentes débiles y volverlas obedientes sin la necesidad de usar algo tan trillado como la violencia o la discusión. Y sabe perfectamente como romper esa fuerza de voluntad. Observo indiferente la expresión enojada de FBI y antes de que este siquiera pensara que responder sé adelanto. — Tu comportamiento solo me da la impresión de que te gusta que te reprendan o que simplemente te den castigos tan estúpidos como encerrarte en tu habitación sin cenar. — mientras hablaba se desprendía de cada botón muy paciente, todo mientras observaba de manera meticulosa cada gesto y movimiento del agente que no sabía como actuar ante eso. — Pues dejame decirte, que conmigo no va a ser así.