♤♡◇PRIMER AÑO♤♡◇

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[Leean las notas finales porfis, no son malas noticias]

[...]

Hace unas horas, Harry descubrió que era un mago, no solo eso, también sabía que ahora pertenecía al grandioso mundo mágico o eso le había dicho Hagrid, pero lo importante ahora era por donde caminaba.

El callejón Diagon.

Las risas de alegría opacaban todo el callejón Diagon, haciendo que estas se le contagiaran a un pequeño Harry Potter, el pequeño se veía emocionado y la sorpresa parecía desbordar de sus tiernos y grandes ojos jade, Hagrid se veía contento por la felicidad de su amiguito y no dudaba que en cualquier momento se pondría a saltar en puntitas.

-Oh, Harry.

-Eh?

El niño había volteado a ver al mayor cuando este lo llamó, Hagrid agitó sus cabellos con mucho cariño y luego le dijo.

-Ve a la tienda de Madame Malkin, te alcanzaré luego, primero quiero ir al Caldero Chorreante, los viajes en esos vagones siempre me dejan mareado.

Harry asintió con la cabeza y aun demasiado nervioso decidió entrar a la tienda, sentía su corazón bombear con fuerza, su corazón le decía que se quedara más tiempo pero su cerebro le pedía que huyera.

Alejo todos esos pensamientos de su cabeza, nada iba a pasarle, era un lugar inofensivo y por lo que había oído de Hagrid, ahí nada iba a hacerle daño alguno, toco la puerta suavemente.

"Tenemos que huir"- Le dijo su cabeza.

Harry nuevamente lo ignoro, por seguir su sentido común se había metido en muchos problemas, no volvería a cometer el mismo error a pesar de sentir que estaba apunto de entrar a la cueva del lobo.

"Todo va a estar bien, nada puede sorprenderme ahora"- Trato de convencer a su voz interna.

Entonces lo vio...

"CORRE MALDITA SEA!! CORRE!!"- Le gritó algo en el fondo de su ser, antes de ser callado por el trance en el que había sido metido.

Ahí, parado sobre un pequeño taburete, estaba parado el ser más guapo y celestial de todos, cabello tan rubio como el de un unicornio y por lo que se veía, igual de suave, unos pómulos altos que hacían ver su rostro más maduro de lo que era, posiblemente tenían la misma edad, esos ojos fueron los que lo metieron en el transe, tan seductores que la plata y el mercurio les tendría envidia, algo en ese chico le llamaba a querer pertenecerle...

—También Hogwarts, cariño?.— Le preguntó la dama costurera, Harry apenas pudo asentir, aun embobado.

La mujer lo guió hasta el taburete a un lado del chico pálido y aristocrático del que Harry se había quedado hipnotizado, solamente que este ni siquiera lo había visto, parecía más ocupado en verificar que su túnica estuviera siendo bien hecha.

El joven pelinegro jugueteo un poco con sus dedos, no sabía cómo, ni porqué, pero quería llamar la atención de ese chico, que lo mirara, a pesar de que algo en su interior le suplicaba que no lo hiciera, que se arrepentiría. No le importo, después tendría tiempo de arrepentimiento.

Alzó ligeramente sus brazos mientras los agitaba, tratando de saber si el niño pálido lo miraría si hacía algo fuera de su entorno tranquilo.

Fue entonces cuando noto como el otro chico se removió algo incómodo en su lugar, volteo hacia el frente y luego al lado contrario de Harry, como si buscara algo, pero Harry estaba confundido ¿Acaso lo había asustado?

Sus sospechas fueron confirmadas cuando el más alto volteo su cabeza hacia él en un movimiento rápido y el color de sus mejillas se empezó a intercalar entre rosado y un blanco aún más pálido que su piel, Harry se puso aun mas nervioso, tal vez era demasiado pequeño y feo para lo que estaba acostumbrado el otro niño, de seguro él conocía personas mucho más lindas e inteligentes.

[1] ¡¡SOLO ES UNA FAJA!! //Drarry// [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora