Nobody else.

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Unos tragos de más, uno de menos, una boca con sabor a ron, a chupitos, a palabras agrias. Una noche rota, otra más, una menos, apuntan sus ojos, dilatados del alcohol en sus venas. Camina(s) despacio, a la vez, como si huyera(s) de algo, o alguien, porque de ti misma nunca pudiste,ni podrás huir. Tu pelo liso, castaño, tu cabeza te da vueltas,aunque no ves borroso, no reconoces el asfalto, no reconoces tus pasos, te obligas a parar, ¿qué horas son? ¿Las 3:30? ¿Las 4? Le restas importancia a la hora, a la oscuridad y te centras en seguir caminando o encontrar un taxi ¿Como vuelvo a casa? Se pregunta el 1% de lógica que te queda, no afectado por la dosis ingerida. Tu estómago  ruge, te duele, sientes náuseas, pero ya no hay nadie que te sujete el pelo a la hora de vomitar, nadie que te palmee la espalda y decirte que todo irá bien, ya no quedan de esos, solo estás tú. Poco después, consigues llegar a una parada de autobús, tu cabeza solo piensa en sentarse e intentar que tú estomago pare de llamar la atención, de tirar de ti, pero dale tiempo, piensas a la vez que te sientas en el frío metal, apoyas las manos por debajo y empiezas a llorar y te preguntas porque. Pero ya no te quedan más respuestas y el alcohol en ti, no cesa, no te hace pensar nada bueno, sigues siendo la yonki de la adrenalina, solo que un poco más de adicción, pero nada te para, bueno, si, el vacío en tus ojos, pestañeas rápido, para no secarte los ojos, te duele la garganta, pero no sabes si es del nudo o de tragar tanto alcohol, más bien de las dos... intentas ver si pasa alguien o algo con ruedas que te pueda llevar a algún lado, estás muy ebria, pequeña, tienes frío, pero lo omites, como todo, como las lagrimas de hace un rato, esas si que dolían, bueno, te dolían a ti, y quien fuera capaz de comprenderte tanto, como para que pises fuerte, como para que salgas de esta. Te levantas, tambaleándote y miras si te queda en tu chaqueta algún cigarro, que te llegue a los pulmones, pero por suerte, no te quedan, y maldices para tus adentros, a la vez, intentas reconstruir el camino de vuelta, lo consigues, como si tus neuronas fueran una telaraña en proceso, de tejerse, para encontrar la salida de tu perdición. Te alejas de esa pequeña parada de autobús, donde has dejado un poco de ti, una fragancia, una tristeza, unas lágrimas que después de resbalarse por tus mejillas, se resbalaron un poquito más, y se dejaron caer, como tú. Y un poquito más, encuentras tus pasos, lo ves todo un poco más claro y eres capaz de sonreír en toda la noche, te ríes sola, por nada y te encantas así, olvidándote de ti misma, de tu dolor, y centrándote en tus hoyuelos.

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⏰ Last updated: May 16, 2021 ⏰

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