Aquel reloj...

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David abrió la puerta, los dos se miraron con miedo, pero decidieron seguir adelante, las escaleras eran estrechas y pequeñas, pero eran muy largas, les parecían infinitas. Una vez subieron por aquellas escaleras estaban en un pasillo, lleno de telarañas y veían cosas moverse a lo lejos, parecían ser pequeños animales no era lo que más les alteraba.

Lo que realmente les asustaba era esa puerta entre abierta, llena de platillos de comida vacíos. David tan chismoso como siempre decidió entrar, lo que no se esperaban era encontrar a alguien.

Parecía un señor bastante mayor iba acompañado de un pequeño lagarto, los jóvenes no sabían cómo reaccionar pensaron que él era el que les había enviado las cartas y el que les metió en aquel lugar.

-Me llamo Kovalski -Dijo aquel hombre, no se giró en ningún momento, pero sabía que había alguien.

-¿Quién eres, y qué haces aquí? -Preguntó Clara bastante seria.

-Eso son demasiadas preguntas señorita, aparte no puedo hablar estoy trabajando no lo ven niños -Refunfuño el señor.

-Que amargado... -Susurró David.

-Deberías tener un poco más de respeto -Dijo el hombre molesto.

-pues no seas tan arrogante -Contestó él.

-No estamos como para discutir, necesitamos salir de aquí -Le interrumpió Clara.

De repente la luz se apaga durante unos minutos, a lo que sienten unas manos heladas les tocaba la espalda cuando se giraron la luz volvió como si de magia se tratara. Una carta estaba en sus pies como ya era costumbre.

Clara se agachó para coger la carta, la sacó el papel del sobre se quedaron sorprendidos, ya que esta vez la carta no decía nada, dentro del sobre había un pequeño reloj de bolsillo y un anillo. El reloj se les hacía familiar, y cuando cogieron el anillo se dieron cuenta de quién era.  

El anillo era de marcos, Clara se echó a llorar en cuanto lo vio. El señor le dio un pañuelo para que se secara las lágrimas. El señor les explica que en realidad es muy fácil. El señor les empezó a explicar que ya había pasado esto antes, pero que eso fue hace mucho tiempo.

-¿Pero cómo salieron de aquí? Es imposible-Dijo David.

-Si fuera imposible salir no podríais haber entrado-Dijo el señor.

-¿Nos está diciendo que tenemos que volver a cruzar todo esto?-respondió él.


15 años más tarde

Una mujer se encuentra en una entrevista:

-Estamos con unas de las mejores químicas, cuéntenos ¿cómo es que decidió empezar en esta profesión?-Dijo la reportera

-la verdad, esto siempre fue mi sueño, pero sobre todo por rememorar a dos amigos míos-dijo la mujer mientras sonreía.

-Bueno, Clara es usted una de las personas que ha inventado este gran remedio el cual ha ayudado a muchas personas, ¿por qué decidió usted empezar con este proyecto?-Pregunto la mujer.

-Yo decidí empezar a investigar porque la madre de una muy buena amiga mía lo tenía. Ella se llamaba Julia y siempre me explicaba cosas sobre su madre-Contesto Clara.

-Eso es muy bonito de tu parte-Dijo la señora -Enfocándonos más en tu vida privada, como le va con su ex pareja David, llegaron ya a un acuerdo para los papeles de la casa?-...

Clara y David siguieron con sus vidas cada uno por separados. Aquella casa fue investigada, estaba vacía, no había ni un solo mueble. Tampoco encontraron a alguna persona que les enviaran las cartas. David pensaba que simplemente habían tenido alucinaciones y que nada de lo que pase fue real, Clara tenía su otra versión.

Aquí finaliza otro misterioso hecho de esta casa.

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