CAPÍTULO 53

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Rosalie ingresó en silencio a su casa, agradeciendo que estaba sola

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Rosalie ingresó en silencio a su casa, agradeciendo que estaba sola. Subió hasta la habitación de Frances, y dejó el cheque de su tercera quincena sobre el tocador. Ella cerró la puerta después de salir, y respiró profundo. Acababa de renunciar, y no sabía cómo darle la noticia a su mamá. 

A pesar que nadie la había vuelto a tocar, Rosie no se acostumbraba a ser volantera. Ella odiaba  ese trabajo cada día más, y solo esperó recibir su último pago antes de hablar con el señor Mayers. Conseguir los números de teléfono de las personas era más difícil de lo que imaginó, y todavía tenía que lidiar con las palabras obscenas de algunos hombres. Rosalie sabía que el dinero que ganaba no valía todo lo que sufría, y resolvió no tolerar más esa situación. Nada la haría cambiar de opinión. 

Rosie se dio una ducha corta, feliz de la decisión que había tomado. Ya no tendría que pasar horas caminando bajo el sol, ni volver a usar el horrible uniforme verde neón que le dieron. Sin embargo, lo que más le alegraba, era saber que ya no tendría que conversar con todas las personas que cruzaban frente suyo. A pesar que ella necesitaría hablar constantemente en el nuevo trabajo que consiguió, confiaba que todo sería diferente. Estaba segura que las cosas mejorarían con ayuda de Cheryl. 

Rosalie había salido con ella un par de días atrás, después de ignorar sus llamadas y mensajes por varias semanas. Cheryl se disculpó en más de una ocasión por lo sucedido en la discoteca; pero ella demoró en volver a confiar en sus palabras. A pesar que Rosalie se dio cuenta que Cheryl no tuvo la culpa de lo que pasó, prefirió mantenerse alejada por un tiempo. Ella tenía muchas cosas en las cuales pensar. 

Rosie y su amiga habían ido a una pizzería en el centro de la ciudad, a dos cuadras de la oficina del señor Mayers. Ella se cambió en el baño del lugar, tras de firmar su salida. Desde el incidente en la cafetería, empezó a llevar ropa en su bolso. No quería volver a pasar vergüenza, ni que la echen de algún lugar solo por la forma en que vestía. Esa regla le parecía tonta, pero no podía hacer nada en su contra. 

Cheryl llegó primero, y esperó a Amelie en la puerta del local. Ella acababa de salir del instituto, y aprovechó que no tenía tareas. Cheryl estudiaba Turismo y Hotelería; y estaba empezando el tercer ciclo. Su carrera duraba cuatro años, y esperaba poder irse de la ciudad después de terminar. 

Rosie la saludó con tranquilidad, entrando primero a la pizzería. El ambiente olía a comida, y se sentía calor. Ella se acomodó en la silla que el mesero le indicó, y sonrió emocionada. Esa sería la primera vez que probaría una pizza. Observó a Cheryl sentarse frente suyo, y acomodó su bolso sobre su regazo. Después de lo ocurrido con Dominic, no quiso volver al "Coffee & Milk".

Cheryl llamó al mozo, pidiendo media pizza americana para las dos. Rosie revisó el menú de bebidas, deteniéndose en la sección para niños. Vio la foto de una gaseosa de color celeste, servida en un vaso grande; con una cereza al fondo. Ella sintió curiosidad, y pidió eso para tomar. Nunca había probado una bebida de ese color. 

Realeza InesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora