Años, meses, semanas, días, horas, minutos, segundos. Todo contaba pero nadie sabía nada. Aquel mal presentimiento quedó intacto cuando lo menos esperado había llegado, había una pérdida.
Contaba los días como si de un niño ansioso por jugar se tratase, como si quiera salir a respirar los aires que el planeta nos regala y beber el agua fría que está en la heladera.
Todo aquello fue destruido cuando ella se fue.
Ella lo sabía pero no se lo dijo a nadie, guardandose el dolor y el sufrimiento que llevaba consigo todos esos meses. Llevándose consigo el amor de sus hijas y gran parte de su corazón.Ellas sólo querían volverla a ver una vez más.
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𝑫𝒆𝒂𝒓 𝑴𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓... ©
Non-Fiction𝗧𝘂 𝗮𝗹𝗺𝗮 𝘆𝗮𝗰𝗲 𝗲𝗻 𝗺𝗶, 𝗮𝘀í 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝗲𝗹 𝗮𝗺𝗼𝗿 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗲 𝗱𝗶𝘀𝘁𝗲 𝗮𝗽𝗲𝗻𝗮𝘀 𝘀𝘂𝗽𝗶𝘀𝘁𝗲 𝗺𝗶 𝗲𝘅𝗶𝘀𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮. 𝗡𝗼 𝘃𝗼𝘆 𝗮 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗮𝗿𝗹𝗼. © 𝗶𝗸𝗲𝘅𝗮𝗵 𝟮𝟬𝟮𝟭