Capitulo 1: ¡Reencuentro Inesperado!.

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Narra Juan Carlos.

La mañana de hoy, el sol mostró más claridad de lo normal. Aterricé en el Aeropuerto Internacional de New York a las 10:30, por lastima tuve que viajar solo por algunas cuentas que tenía que resolver antes de venir. Solo en pensar que dejaría gran parte de mi vida en Venezuela, para buscar un nuevo camino que de verdad me ayude a conocer sobre mis raíces.

Aproveché el Wi-fi del aeropuerto para comunicarme con Clarisa y avisar que ya estoy en la ciudad. Ella me recordó el lugar del apartamento cortado al lado oeste de la ciudad, algo alejado del centro pero muy cerca de las oficinas de la DEA situadas en la ciudad. Al detective ya le cortaron una misión y era en Italia, muchas veces pensé irme con el y tomar el tema como escusa para visitar a mi familia, aunque aún sigo detestando al imbécil Alessandro Bianchi lastimosamente mi Abuelo.

Estuve revisando algunos archivos, de un curso de tecnología empresarial, tengo pensado compensar a trabajar en una empresa, en el lado tecnología o publicista, también me e estado desempeñando en el área de administración de empresa, pero aún no termino el curso online de la Universidad de Palermo Argentina-Buenos Aires. Si fue una recomendación de Martin por agradecimiento a esa linda chica que le envíe, estoy hablando de Lucrecia. Me distraje un poco con todo estoy, y sin pensarlo tropecé con un chico, que al parecer andaba algo perdido. Todas sus cosas cayeron al piso y sin darme cuenta estaba hablando con mi mejor amigo Estevan José.

—¡No lo creo! —Dije abrazándolo — ¿Que haces aquí viejo? — Rei —¡Jamás pensé verte aquí!.

— Ríe — ¡Quien iba a decir que después de tanto tiempo nos íbamos a encontrar aquí!.

— ¡Es cierto! —Lo vuelvo abrazar.

— ¿Que vas hacer aquí? —Acomoda alguna de sus cosas.

— ¡Historia larga, vine a cambiar de vida! —Rei — Algo así como el sueño americano — Bromeó.

— ¡Yo! —Baja la mirada — ¡Creo que es una larga historia y luego te lo contaré!.

Comenzamos a caminar hacia la salida, muchas personas estaban con algunos afiches, en ellos algunos nombres, globos entre otras cosas que decidí ignorar. Alcé la mirada y al lado de un afiche gigante algo exagerado estaba el nombre de Estevan José Plark, me solprendi mucho, por la gran importancia que se reflejaba y el hombre uniformado que lo esperaba delante de una limosina, el mío era parecido o mejor pero no bien recibido ya que lo tenía uno de los escaleras que estuvieron presentes en la muerte de mi Nono, al parecer quieren que me valla, y ya saben mi ubicación. Pensé que esto iba a terminar pero solo acaba de empezar.

— ¡Estevan! —Dije sorprendido — ¡Laverda si tienes que decirme cómo llegastes aquí!.

— ¡Es cierto! —Rie —Ven te llevo y hablamos mejor.

Asiento con la mirado, ignorando el posible error que tomo mi querido abuelo de mandarme a buscar. Por suerte el aviso decía Juan Carlos Bianchi y Estevan no tiene ni idea de mi familia Italiana paterna claro. Mientras íbamos camino a el departamento, anotando la dirección en la App, para evitar explicaciones incoherentes, Estevan me contó que a su padre lo asesinaron, y es el único heredero de su empresa de moda más importante del país y toda América (Moda Plark) me imagino como debe estar toda su familia, con ganas de robarle toda su empresa.

— ¡Juan Carlos! —Exclamo — No sabes cuántas ganas tengo de saber quién asesino a mi padre.

— Suspiré — ¡Sabes te entiendo, yo perdí también a mí padre!.

— ¿Pero porqué nunca me contaste? —¡Menciona sorprendido!.

— Yo no lo sabía —La tristeza invadió mi cuerpo — Mejor dime, necesitás nuevo personal —Trate de cambiar de tema.

— Tengo que conocer primero, para luego ver qué hago —Comienza a mirar por la ventana — ¿Tu podrás ayudarme con la muerte de mi padre?.

— ¡Si! —Rei — ¡Antes déjame hacer algunas cosas!.

El camino se hizo algo largó, pero me di cuenta lo importante que era para Estevan hacer justicia por la muerte de su padre. No lo noté ni un poco feliz por la herencia, tendré que irlo a ver luego, para hablar con él sobre ese tema en común. Se que no estoy preocupado por lo que pueda encontrar al entrar por esa puerta, no logro acostumbrarme a las tragedias y locuras que le pasan a esta familia, por eso pienso cada vez que Algo alegre pueda pasar, pienso las variables posibilidades de una tragedia . Me dirán loco, pero cuando uno está rodeado de delincuentes, debes tener hasta de tu sombra. Entre lentamente y al parecer no había nadie en casa, revise las dos habitaciones principales, el departamento era algo amplio y eso me satisfacía mucho. Busque en la cosina, comedor, baño principal y solo faltaba mirar la última habitación restante y mire lo más preciado que e podido tener.

— ¿Por qué nunca me dijieron de ésto? —Caminaba lentamente hasta estar frente de lo más hermoso que pude ver, las lágrimas corrían por mi rostro — Es igual a mi.

Era el bebé más lindo, Clarisa lo tenía a su lado mamantandolo, mientras mi madre la acompañaba a el otro extremó.

— ¡Amor! —Dice Clarisa entre lágrimas — Ya somos papá.

— Si amor —Bese sus dulce y tiernos labios — ¿Por que nunca me dijieron de ésto, yo tenía derecho de estar presente?.

— Hijo, fue algo inesperado —Dice mientras me abraza — Entonces Jean decidió darte una sorpresa.

— ¿Dónde está ese maldito? —Fruncí el seño — ¡Lo voy a matar!.

— Se lo dije..

Dice mi madre riendo, como mi gran amigo oculto lo más importante de mi vida, seguro todos lo sabían menos yo que bueno. Recién llegaba con unas bandejas de arroz chino, me acerque furioso levanté una ceja para luego soltar un leve golpe en su abdomen.

— ¿Que te pasa Juan Carlos? —Suerta las bolsas — ¿Así saludas a tu mejor amigo?.

— ¡Como pudistes decir que me ocultaran tal cosa! —Exclame con furia.

— ¡Solo quise jugar te una broma!.

Envidio al detective por su ego que hace que todo deje de tener importancia, exacto su estilo de vida excéntrico y educado. Nunca pensé decir esto pero el Detective Pérez es un ejemplo a seguir.

★★★

En la noche, decidí recostarme y ver lo hermoso que es mi hijo, estaba contontento por tenerlo y que mañana podríamos ir a presentar lo como un verdadero Bianchi.
Clarisa comenzó a besarme lentamente, no podía moverse Moy buen y como castigo tengo quince días sin nada de sexo, así que ella evitará que salga de la casa. Es un poco tóxica, pero se que me ama mucho.

— ¡Sabes que jamás te dejaré! —Exclame con una sonrisa ladina en mi rostro.

— Y sabés que tú eres el amor de mi vida —Rie — Bueno después de mi bebé.

★★★

¡Este capítulo es algo normal y sencillo, pero es el primero de una historia llena de muchas sorpresas¡.

Esperó su voto, y los primeros comentarios con preguntás muy interesantes.

#EntreLosSecretos.

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